cuatro, la helada

249 33 5
                                    

LA HELADA

Después de la pequeña charla en las escaleras ambos adolescentes se habían mantenido juntos acurrucados contra la pared, Diana adoraba aquella cercanía pero tuvieron que romperla al darse cuenta del movimiento del barco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de la pequeña charla en las escaleras ambos adolescentes se habían mantenido juntos acurrucados contra la pared, Diana adoraba aquella cercanía pero tuvieron que romperla al darse cuenta del movimiento del barco.

Viktor pasó su brazo por sobre los hombros llevándola al final de las oscuras escaleras, el olor a incienso junto a café era casi como entrar a la clase de adivinación del profesor Justino el cual adoraba el café muggle a pesar de que en el colegio a veces ni se permitía hablar de ellos, eran estúpidamente estrictos al respecto de los sangre pura.

Diana se mantuvo unos segundos mirando la gran sala verde, había mucha tela sobre el techo suavemente iluminado por las mismas pequeñas motas doradas que estaban en la escalera dándole a toda la habitación un aura mucho más mágica de lo que ya era al ver las teteras flotando y sirviendo café a todos los adolescentes, la morocha tuvo que alejarse de Viktor cuando la taza de café llegó a ellos.

Pasando sus dedos por la tibia taza miró entonces el gran ventanal que había a un costado del barco mostrando el fondo del lago donde estaban, estaba en su mayoría oscuro difícil de ver a través de lo que parecía neblina dentro del agua.

—¿Porque demonios tardaron tanto? —Gruñó Anjela acercándose a Viktor y Diana que aún estaban parados juntos ambos tomando el café que se les había entregado, el dúo se giró a la rubia que los miraba con los labios apretados. —Siempre tienen alguna manera para estar solos ¿No?

Viktor se encogió de hombros dándole la espalda a la rubia mientras está gimoteaba de mal humor por ver como el jugador de Quidditch la ignoraba.

—Lo sentimos, estábamos hablando de algo.

—¿Sexo?

Viktor se giró con una cara de susto al escuchar a Anjela decir aquello mientras que Diana tosia encogiéndose suavemente en ella misma con su carita poniéndose tremendamente roja al respecto entonces Vassil apareció mirando como ambos estaban incómodos.

—¿Y ahora qué hiciste? —Vassil giro su mirada acusadora a su novia la cual gimoteo ofendida.

—¿Porque crees que fui yo?— Anjela lo miró mientras se cruzaba de brazos aunque era difícil con el uniforme pesado que ellos usaban.

—Porque nadie puede poner incómodo a Viktor además de tu.—Sentenció el morocho con los labios apretados y girándose a Diana con una mirada apenada. —Además mira el rostro de Diana...

—¿Lo feo que es? —Una fina voz hizo que los cuatro se giraron a ver a la sonrisa orgullosa de Felicia, Anjela gruño de mal humor.

—¿Y a ti quien te llamo? Mandrágora. —Anjela se puso frente a él pequeño grupo que venía con Felicia, dos chicos rubios y una chica pelirroja, Diana también los conocía, los dos chicos rubios estaban en el equipo de Quidditch del colegio junto a Viktor.

LEVITATE IN LOVE, viktor krumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora