Prólogo

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Afincó su agarre en mi cadera y me presionó contra él, enviando deliciosas corrientes eléctricas por todo mi cuerpo

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Afincó su agarre en mi cadera y me presionó contra él, enviando deliciosas corrientes eléctricas por todo mi cuerpo. Mi respiración ya era un desastre. Sólo pude quedarme quieta, recibiendo cada uno de sus besos, procesando el huracán de emociones que se revolvían en mi interior. No tenía fuerzas para alejarlo.

«Ni ganas, a decir verdad».

Llevó una mano a mi mejilla y me sostuvo el rostro con suavidad, separándose apenas un poco. Sus ojos me observaron de hito en hito con un deseo desgarrador, recorriendo cada facción con sumo cuidado y atención.

Quise desaparecer ahí mismo.

—No quiero seguir siendo sólo tu amigo —murmuró en un aliento, tan cerca que aun podía sentir su boca frenética sobre la mía.

«Sí la quería».

Sonreí de los nervios y me contuve de hacer cualquier arrebato.

—Creo que ese trago te cayó mal —solté con burla, aunque por dentro estaba más alterada que nada.

Su mirada se ancló a la mía y fue imposible no caer en su magnetismo. Maldición, ¿por qué tenía que ser tan guapo? Ese azul profundo en sus ojos serían las puertas de mi perdición, de eso no había duda. Mi corazón latió con más fuerza y el tiempo pareció ir en una tortuosa cámara lenta. Nos quedamos así por un instante, como si él pudiera ver cada cosa que me pasaba por la mente. Eso de verdad me preocupó.

Las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa torcida y me obligué a no morderle la boca de lo ardiente que se veía.

—Lo digo en serio —insistió, deslizando con lentitud un brazo alrededor de mi cintura y adhiriéndome más a él.

Contuve la respiración y me petrifiqué más en mi lugar. A este paso terminaría en su cama, toda estúpida yo, sin bragas ni dignidad.

—No creo que sea...

Y volvió a besarme. Las palabras murieron ahí como la poca voluntad que tenía y le seguí el ritmo sin objetar un carajo. Soltó leves mordiscos y me devoró la boca a su divino antojo. Vaya dignidad me gastaba. Mi voz casi siempre decía que no, pero todo mi cuerpo parecía moldearse a él sin ningún conflicto. Siempre era así, mi orgullo era demasiado débil ante él.

—Será una relación abierta y tan secreta que nadie lo sabrá —alegó entre los besos, creando una candente fricción entre nuestros labios.

Fruncí un poco el ceño con lo poco que me quedaba de cordura y entorné los ojos.

—¿Relación abierta?

Follamigos —me corrigió.

La idea hizo estragos en mi vientre bajo y la calentura empezó a cegarme de sobremanera.

«Ahora sí estaba muerta».

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Si me dieran un peso por cada locura que se me ocurre en mis insomnios sería feliz. No sería millonaria, pero mínimo me completaba unos Cheetos flamin hot con harto queso.

Okay no, perdonen mi hambre de madrugada.

¿Qué les parece esta nueva y encantadora historia? Creo que es momento de dejar mi dramatismo, oscurísimo y pendejismo por mis otras historias en desarrollo (Disponibles en mi perfil, sino las has leído te recomiendo que lo hagas, nadie debería quedar fuera de esa majestuosidad) así que les traigo algo más relajado y que me encanta igual.

Venga, disfruta el próximo capítulo.

¡¡TE AMO TANTO!! Eres mi crush por estar aquí, dale que sí.

-Eimy N.

Irresistible tentación © [+18]Onde histórias criam vida. Descubra agora