A ti, dentro de 2000 años

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Un desierto podía ser hermoso desde lejos al igual que los miles de millones de granos de arena que hacían ver a uno, aún siendo estos pequeños, como algo muy insignificante. Y nada se comparaba a las noches, las estrellas parecían más brillantes en el firmamento del desierto que en el resto del mundo.

Pero toda esa belleza desaparecía cuando te vuelves preso del manto infinito de arena.

La fría noche y la seca arena solo me dañaban.

Lloré.

Día tras día.

Lloré con fuerza.

Año tras año.

Lloré suplicando por ayuda.

Década tras década.

Pero nunca nadie apareció para ayudarme.

Ningún eldiano que se hacia llamar mi gente me buscó.

Me dejaron atrás, rota y dolida, cargando un poder que nunca quise con la condena de vagar por siempre en este páramo que solo dañaba mi cuerpo con cada paso que daba.

Lloré durante mucho tiempo hasta que cansé, hasta que no hubo más lágrimas que soltar, hasta que el daño se volvió costumbre y la costumbre rutina eterna.

Asumí este infierno con la esperanza de que la muerte se fijara en mi.

Sola y triste, víctima de un mundo cruel.

Pero tu llegaste.

Cuando iba a caer... tu apareciste, como agua en desierto eras igual pues sabía que este lugar no era para ti, no tenías mi sangre ni estabas inconsciente como los pocos que alguna vez aparecieron aquí y a los que fui obligada a curar, eras todo lo contrario, estabas despierto y tus ojos no se despegaron de mi ni siquiera cuando me cogiste acurrucándome entre tus fuertes brazos.

El vacío tembló y pude ver como la primera tormenta se desató.

Recuerdo perfectamente el tan ansiado calor que sentí de tu cuerpo cuando me acercaste más a ti para cubrir mis ojos de la dañina arena.

"Cubrirnos" gritaste.

Tu voz tan hermosa y poderosa resonó en todo el yermo y decenas de sombras surgieron de ti respondiendo a tu orden, rodeando nos e impidiendo el paso de la tempestad.

Parecían titanes pero no como los que yo creaba, estos eran diferentes, cada uno tenía características propias y las miradas de todos estaban cargadas de una fuerza que sentía como si fuera imparable.

Aunque de todos ellos tus ojos fueron los más bonitos.

Fuiste el primero en verme con amor, cariño y por algún motivo también había lealtad en tu mirada.

Me abrazaste, me tranquilizaste y pronunciaste las palabras que tanto deseaba oír.

"Te prometo la libertad, mi reina"

Te pregunte el porqué de ese título confundida, yo nuca había reinado.

"Jamas importará la época ni el lugar ni cual de nosotros sea, el titán de ataque solo existe para servirte y llevar a cabo tu voluntad en busca de liberación"

Quise protestar cuando te separaste de mi pero quedé sorprendida y confusa cuando te inclinaste ante mi con total sumisión como yo me inclinaba a mi rey pero... de algún modo pude sentir que solo te inclinabas por propia voluntad.

Eras distinto.

Tu te preocupaste por mi a diferencia de todos los demás, sin embargo, no eres como yo.

Tu nunca te dejaras arrebatar la libertad.

"Todavía no puedo pero tan solo espera un poco más, juro que volveré y ese día será el día en que te libere de esta injusta condena"

No pude evitarlo, te creí.

No hacia falta más palabras, toda mi fe y esperanza regresaron con tu llegada y te fueron confiadas.

Desapareciste.

Los titanes marcharon.

La tormenta calmó.

Yo te iba a esperar.

Y te sigo esperando para decirte lo que tanto he pensado durante estos largos siglos.

A ti, dentro de 2000 años, te entregaré mi corazón, Eren Jaeger.



A ti, dentro de 2000 añosWhere stories live. Discover now