La diosa tomó la mano de Harry Hook para salir de la limusina. El pirata se estremeció ante el tacto de la mujer a lo que ella sonrió y el bufó al notar el gesto burlesco.
— ¿Algo pasa, bacalao?
— Nada que tenga que ver contigo, corazón.
Heartlyn sonrió. Desde niña recordaba las emociones que causaba en el pirata indomable.
— ¡Bienvenida a Auradon! — saludó el rey con los brazos abiertos, la Diosa vio a ese chico castaño de dulces ojos color miel.
— Eres un rey muy apuesto — murmuró acariciando su mejilla, Ben retrocedió un paso con una rara sensación en su interior.
— Y-yo...
— Que bueno que hablaste, creí que el gato te comió la lengua. — volvió a sonreír. Ben tragó grueso y miró a Mal buscando ayuda, ella solo sonrió y se acercó a su hermana menor.
— Heartlyn. El es mi novio y futuro esposo.
— Lo se. Su corazón dice tu nombre por todos lados.
La pareja se sonrojó y la diosa sonrió con sorna, el rey le explicó todo lo pertinente de Auradon y ella asintió. Harry fue designado a cuidarla por idea de mal, sabía que su hermana era genuinamente maligna pero junto a Harry se le iba el tiempo sacando de quicio al pirata.
— No tienes que andar con tu vestido en la calle. — dijo el pirata viéndola urgar en su closet, cuando ella estaba en su castillo solía llevar alguno de sus elegantes vestidos entre rojo y negro los que eran sus colores favoritos, los ojos violeta de Heartlyn se encontraron con los azules de Harry.
— ¿Que debo usar? Se de utilidad y ayúdame- pidió ella con la mano derecha en su barbilla, el pirata clavó su garfio en la mesa de la chica haciendo que ella se mordiera la legua.
— Veamos, corazón. — el se puso de pie. Frente al enorme closet que ya estaba lleno de ropa de la chica. Sacó tres prendas y un par de zapatos colocándolos en la cama.
Heartlyn tomó todo y se metió al baño para salir a los pocos minutos ya cambiada. Su falda de encaje roja con una blusa negra sin mangas y un chaleco del mismo color, todo eso acompañado de unos zapatos de color rojo un poco altos.
— ¿Puedes dejar de babear? — cuestionó al ponerse lápiz labial de color rojo.
— Eso quisieras. — respondió tomando su garfio de donde lo había clavado y tomando a la chica de la mano, como su "cuidador" debía mostrarle todo lo que conocía de Auradon.
Ambos caminaron en silencio por la escuela y Harry solo le hablaba para decir los nombres de las cosas, se detuvieron más de lo necesario en la estatua de la bestia ya que le causó cierta fascinación a la chica.
— Has hecho todo muy bien, pirata de pacotilla.
— ¿Sabes? Amo el sonido qué haces cuando callas.
Heartlyn sonrió de lado mientras vio a Harry a los ojos, el azul y el violeta viéndose fijamente. Entonces Harry sonrió mostrando sus dientes y la diosa de corazones sintió como su piel se erizaba cuando el tomó su barbilla; se relamió el labio inferior y la mirada de Harry la hizo soltar una risilla de burla.
— Aún te hago enloquecer. — murmuró ella tomando la mano del pirata.
— Aún te hago erizar.
La diosa afilo la mirada.
— Querido Harry Hook, siempre tan ingenuo.
— ¿Harry? — dijo una voz interrumpiendo el momento, Harry se giró y Heartlyn maldijo por lo bajo ya que aunque no lo admitiera le gustaba mirar los ojos del pirata. Ambos miraron a la dueña de aquella voz, una chica de cabello rubio, azul y rosado.
— ¿Quien es el unicornio? —preguntó la diosa con una mueca de disgusto.
— ¿Tu eres?
— Cierto, la realeza primero. Mi nombre es Heartlyn, Diosa de corazones.
—¿Diosa? Debes ser la villana más arrogante que existe. Te informo que tu título real no tiene valía aquí en Auradon.
Harry soltó una enorme carcajada haciendo que Audrey lo mirara, mientras tanto Heartlyn no se inmutó.
— Audrey, hermosa; ella si es una diosa. — la de ojos violeta sonrió. — no solo en su belleza, es una diosa del inframundo real.
La hija de la bella durmiente borro su sonrisa haciendo que la de Heartlyn creciera.
— Espero que quede claro, señorita. — Audrey no dijo nada ante eso, el shock no la dejaba reaccionar. — Vamos Harry. Muévete.
— ¿Recuerdas nuestra cita?
— Lo siento princesa. Esto es un pedido del rey. — respondió haciendo una reverencia para seguir a la diosa.
— Tu novia me cae mal. Me dan ganas de cortarle la cabeza.
— No es mi novia. Solo nos vamos conociendo.
Heartlyn se detuvo y tomó al pirata del cuello de su ropa para apegarlo a la pared, ella sonrió.
— Eres malo mintiendo, Hook.
— Eres ardiente cuando estas celosa, corazón.
— No estoy celosa. Tu me perteneces sin importar cuanto lo evites. — contestó acercándose a sus labios. Desde que eran niños ella amaba hacer eso, pero esta vez el no salió corriendo con las mejillas rojas.
Harry la tomó por la nuca y la estaba besando, le había robado un beso a una diosa y la diosa correspondía a aquel lento beso.
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