INTRODUCCIÓN

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Un buen sábado por la tarde, después de asegurarse que la peste a palomitas no se quedara estancada en la cocina, Shiro-Kiba volvió al salón para sentarse al lado de StrangeGRoxy. Colocó el portátil sobre sus piernas cruzadas y se dispuso a hacer una breve introducción de lo que sería la primera obra que publicarían en Strange-Kiba. Roxy, por su parte, apartó los ojos de la pantalla de la televisión para analizar los movimientos de su compañera de piso.

ROXY: Hemos vuelto aquí... O sea, ¿cómo? Strange-Kiba estaba medio muerto, las cosas hay que decirlas... aunque, bueno... deberíamos explicar todo esto, me parece. Así que... te lo dejo a ti, Shiro. 

Shiro asintió con la cabeza y dejó que sus dedos se desplazaran hábiles sobre el teclado después de hacerle un gesto a su amiga para que se acercara y le echara una mano:

SHIRO: Si hay que contar como surgió esta ridícula idea de nuestras retorcidas mentes, creo que deberíamos empezar por cómo nos conocimos... En realidad, que yo recuerde, fue por el ZoSan. De hecho, esta cuenta estaba destinada a subir exclusivamente historias sobre estos dos maromos.

ROXY: Cierto es, y aunque el ZoSan sigue siendo vida... las cosas han cambiado bastante. Porque teníamos una idea en mente, incluso hay algún borrador por ahí de un ZoSan, pero...

SHIRO: Pero nos dimos cuenta de que ni teníamos tiempo, ni la inspiración nos golpeaba en la cara cada que vez que queríamos. Por lo que esta cuenta se fue apagando sin que ni siquiera hubiéramos publicado un triste capítulo... 

ROXY: Bueno, no solo fue por falta de tiempo e inspiración, pero eso ya es otro asunto más complicado. En fin, que volvimos a encontrarnos esta señorita y yo, y me pegó el fangirleo de Voltron.

SHIRO: Y tras meditarlo un par de días... (qué coño, si fue cosa de una hora), decidimos resurgir de las cenizas para hacer arder el mundo otra vez... No obstante, sabíamos que el futuro de Strange-Kiba seguía peligrando. A fin de cuentas, los estudios, el trabajo, la poca vida social que tenemos y nuestras cuentas personales podían acabar por hacer que volviéramos a rendirnos. ¡Así que se nos ocurrió pedir ayuda!

ROXY: Pusimos carteles, anuncios en Internet, en fin... cosas varias que nos ayudaran a encontrar los compañeros perfectos... Bueno... "perfectos".

SHIRO: Resulta que los dos chapuzas que llegaron a nuestras vidas no eran precisamente los héroes que esperábamos...

LANCE: Eh, ¿estáis hablando de nosotros? - canturreó animadamente al tiempo que espiaba la pantalla del monitor por encima de sus hombros - ¡Keith, ven a ver esto!

Se escucharon unos pasos apresurados desde el pasillo que conducía hacia los dormitorios.

KEITH: ¿Eh? – preguntó al tiempo que se colocaba junto a su compañero, espiando también–. ¿Qué es esto?

SHIRO: Es la razón por la que estáis aquí. ¿No os acordáis? Estuvimos hablando anoche de esto. Acordamos perdonaros el alquiler a cambio de que os encargarais de la cuenta y limpiaseis el piso.

KEITH: En resumen, que voy a tener que volver a trabajar con este... Fantástico.

ROXY: Pues sí, es lo que hay.

LANCE: ¡Vamos, Keith! ¡Será divertido! Nos repartiremos el trabajo para ir más rápido: yo escribo y tú limpias.

KEITH: Y una mierda. Esto es de ambos, no solo tuyo, imbécil. Escribiremos ambos y limpiaremos ambos.

Lance le sacó la lengua antes de extender el brazo para alcanzar un puñado de palomitas y llevárselas a la boca. Entonces se volvió hacia las chicas.

LANCE: Por cierto, ¿qué es eso? - preguntó al tiempo que señalaba la pantalla del portátil.

SHIRO: Un diario.

ROXY: O lo que se va a suponer que es un diario. Habrá más cosas, pero empecemos poco a poco. Aquí escribiremos nuestro día a día, tanto de vosotros como de nosotras. ¿Os parece? (Bueno, tampoco es que importe si les parece, total...Si "trabajan" para nosotras por ser unos absolutos mancos...)

LANCE: No parece complicado. En realidad, creo que se me va a dar bien - sonrió con un deje de altanería.

KEITH: Gente riéndose de las meteduras de pata de Lance... estará bien verlo. Me apunto.

LANCE: ¡Ey!

SHIRO: ¿Fácil? Bien... - comenzó al tiempo que se levantaba del sofá para ofrecerle el sitio -. Todo tuyo. Empieza.

Lance compuso una sonrisa gatuna, se dejó caer en el sofá con la boca todavía llena de palomitas y se crujió los huesos de los dedos, preparado para empezar a teclear: "¡Bienvenidos a todos al diario de Lance McClain!"

LANCE: Muy bien, ¿y ahora cómo sigo?

KEITH: Quizás, quizás digo ¿eh?, diciendo que no es sólo tu diario, sino nuestro.

LANCE: Ya estás intentando acaparar toda la atención otra vez, ¿huh?

KEITH: No me tires de la lengua, Lance, que bastante la has liado ya en la presentación.

SHIRO: Chicos..., otra vez no, por Dios - suplicó al tiempo que se pasaba ambas manos por la cara.

ROXY: Un minutito de tranquilidad, por favor. Comportaos como hombres de una vez.

SHIRO: Sí. Dejad las tensiones para cuando estéis en la cama...

ROXY: Pues sí, las cosas como son - asintió con la cabeza, y una sonrisa ladina le cruzó el rostro.

KEITH: ¿Y nosotros tenemos que comportarnos como hombres?

LANCE: No trates de discutir con ellas, Keith. Siempre tienen razón - declaró mientras se encogía de hombros para restarle importancia al asunto.

ROXY: Ahí, ahí, eso es aprendizaje rápido.

KEITH: ¿De verdad? En fin, vale. Total... ¿qué estábamos diciendo?

LANCE: Que este es mi diario y que no sé por dónde empezar.... Quizás deberíamos plantear un poco nuestra situación...

KEITH: ¿Alguna idea en mente?

LANCE: Siempre tengo ideas - canturreó mientras se tiraba de las solapas de la chaqueta -. Todo empezó cuando Keith llamó "gordo grasiento" a nuestro jefe del burger. Aquello cambió nuestras vidas...

KEITH: Y dale, yo solo te estaba defendiendo porque quería despedirte, tonto del culo.

SHIRO: ¿Y si mejor empezáis desde el principio? Quiero decir... ¿Cómo dos estrellas de la televisión y héroes del universo terminaron sirviendo comida rápida en un burger?

ROXY: Acho, mirándolo bien, eso resulta entre cómico y vergonzoso. No sé si reírme de ellos o decir que me dan pena...

LANCE: ¡Dejad que os descubra que la vida de paladín es muy complicada! - gruñó con los brazos cruzados, ofendido. Entonces le lanzó una mirada cómplice a Keith -. Muy bien, Keith. Contémosles a todos qué fue lo que pasó y por qué estresan tanto los clientes del burger.

SHUT UP, LANCE [Klance ¿?]Where stories live. Discover now