Parte única

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La noticia la tomó desprevenida. Miró al doctor (una extraña criatura de una raza que había olvidado su nombre, pero denotaba edad avanzada por el pálido de su pelo) y parpadeó esperando a que se lo repitiera. 

-- ¿Qué?

--Felicidades señorita, usted tiene dos meses de embarazo. Todo indica a que será un príncipe. 

--Ya veo... --Sacó una caja de cigarrillos y prendió uno ante la perplejidad del doctor--. ¿Puede darme una cita para abortarlo?

Ahora el doctor fue el que parpadeó esperando una respuesta. Eso le dio impaciencia. 

--No creo que esa sea la única solución... Puede darlo en adopción. --Y con esa palabra ella se paró y colocó fuertemente la mano sobre la mesa, escupió su cigarrillo y miró desafiante al médico.  

-- ¡¿Quién te crees que eres para recomendarme eso?! ¡¿Sabes quién soy?! ¡Soy ____ la mano derecha del emperador Shieda Kayn! ¡La hija del ora! Una orden mía y tú podrías ser el abortado, de forma tardía. ¡¿Entiendes?! 

El pobre médico solo asintió y le susurró algo a su computadora. Y ella salió amargada, prendiendo otro cigarrillo. 

-- ¿Cómo te fue? --preguntó Taliyah siguiendola. 

-- ¿Puedes acompañarme veinte minutos?

--Claro. --respondió la muchacha sin preguntarle mucho. 

-- ¿Crees que a Kayn le gustaría tener un niño? --Taliyah se extrañó con la pregunta.

--Conociendo al emperador, tal vez lo vea como un rival para el trono.  O una extensión de su ego, pero veo más probable el primero. 

--Oh. --Tocó su vientre, al principio con suavidad y después lo tomó con odio--. Ya veo.

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Kayn miraba la pantalla principal de la nave con diversión. Parecía más interesado en el programa de adolescentes mágicas que en las propias noticias de su imperio. Su cabello largo y celeste se balanceaba de un lado a otro al ritmo de la canción de la serie

--No hay nada nuevo. --dictó ____ pasando la lista sin interés--. Todos te temen, todos te respetan, blablabla. 

-- ¿Podrías contarme algo más interesante? --preguntó Kayn volteando finalmente molesto--. ¿No hay ningún tipo de rebeldes a los que deba degollar uno por uno? --Ella negó con la cabeza-- ¡Qué aburrición! --Kayn llamó telepaticamente  al arma que alguna vez fue Rhaast y la acarició--. Tal vez es hora de torturar a nuestros prisioneros. 

--Oh, qué fantástica idea. --dijo ella sin interés. Kayn la miró divertido.

-- ¿Qué pasa, mi lunita de ora? --Odiaba que la llamara así pero se lo permitía, Era como un amargo sabor necesario--. ¿Te sientes excluida? 

--Sí. Gracias por notarlo. --Y finalmente lo miró. Quedó hipnotizada por sus ojos dorados. Ella tenía unos iguales que veía en el espejo todos los días, pero los de Kayn tenían algo único y sabía bien qué era. 

Él se acercó y ella supo lo que buscaba. Kayn era como un niño al que no podías decirle que no, siendo sincera, ella también lo quería. Lo habían hecho cientos de veces en todos esos años juntos. Ella demoró mucho en aceptar pero no podía negar que el Shieda siempre la atrajo, más cuando decidió cambiarse ese estúpido y arrogante peinado de Ordinal a uno más bello a sus ojos: la melena lacia celeste era tal vez su cosa favorita de él. Cuando al terminar él se quedaba dormido, ella jugaba con su cabello azul, lo acariciaba de la forma más cariñosa de la que ella lo trataría nunca. 

Después de la Odisea [Kayn x Lectora]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang