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| capitulo uno |

Miré la hora en mi celular sabiendo que estaba llegando tarde, y que cuando llegue Daniel no iba a tener la mejor cara.

Levanto la vista y a lo lejos veo la llegada del colectivo, éste frena frente a la parada y quienes lo estabamos esperando subimos. Pagué y me senté en un asiento doble, agradeciendo que nadie se haya sentado al lado mío.

El colectivo estaba por emprender camino nuevamente, hasta que se escuchan gritos desde no muy lejos de la parada. Todos los pasajeros vimos por la ventanilla y si, efectivamente, la morocha del otro dia venia corriendo con su mochila al hombro y haciendo señas con sus brazos.

Finalmente logro captar la atención del conductor y llegó a entrar, ésta agradeció la espera mientras pagaba y se dirigió hasta el asiento de mi lado; el único que había quedado vacío.

Senti su respiración agitada y la miré sonriente, notó mi presencia y pude sentir su mirada en mi. Frunció el seño al ver que la miraba tanto, pero luego sus mejillas se enrojecieron y su mirada se dirigió al piso.

-¿te acordas de mi morocha?

Ésta levantó su mirada y asintió -Valen, ¿no?

-exacto Sofi, ¿cómo te fue el otro día?- Ésta me miró extrañada y agregué -en el parcial que rendias.

Sonrió sin mostrar sus dientes y pude notar sorpresa en sus ojos -¿te acordabas?- Preguntó nerviosa y reí mientras asentía -creo que me fue bastante bien.

-me alegro entonces, ¿y hoy que andas haciendo?

Pensó un poco su respuesta pero finalmente decidió hablar -en realidad nada, vengo de estudiar en la casa de una amiga y en mi casa no hay nadie, así que supongo que pasaré la noche sola- Asentí y ella me miró vergonzosa -¿y vos?

Sonreí por inercia -Yendo a ranchar a lo de un amigo.

Asintió y se produjo un silencio, el cual no tarde en romper -che morocha- Dije llamando su atención -¿me pasas tu número?

Los ojos de ésta se abrieron un poco más de lo normal y el color rojizo volvió a opacar sus mejillas, tímidamente asintió y le entregué mi teléfono. Lo anoto y dejó el espacio del nombre para que yo la agende como quiera, teclee el apodo Morocha y confirme.

Por la ventanilla vi que la parada de la cuadra de la casa de Dani se acercaba y me paré del asiento, mi acompañante también lo hizo y la miré -¿te bajas acá Sofi?

Ésta asintió y cuando el colectivo paró bajamos los dos juntos -llegó y te habló morocha, me gustaría que un día de éstos pinte algo.

Me miró y sonrió, esta vez si mostrando por primera vez esa hermosa ilera de dientes blancos -bárbaro, nos vemos valen.

-cuidate morocha, nos vemos.

Deposite un beso en su mejilla y cada uno tomó su rumbo; y si todas las veces que viajaba en colectivo la iba a ver, no me disgustaba la idea de seguir yendo en bondi a todos lados.

¿Cuántas vueltas vamos a dar hasta encontrarnos de nuevo?


Bondi - Wos.Where stories live. Discover now