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- ¿Qué haces, fea? - preguntó Nayeon en la oreja de Mina.

- La estaba pasando bien hasta ahora.- contestó cortante, ella estaba teniendo una buena conversación con Tzuyu.- ¿Podés irte?

- ¿Puedo pedirte otra noche sin peleas?

- ¿Cómo que otra noche?- a pesar de la música alta, Tzuyu fue capaz de escuchar lo último. Ahora tenía más material para molestar a su amiga.

- No escuchaste nada.- dijo tomando a Nayeon del brazo para poder irse a otro lado.- ¿Que querés?

- La paz.- admitió.- No es el mejor momento ni el mejor lugar, pero quiero hacer las paces.

- ¿Por qué ahora?

- Porque si, ¿Debe haber alguna razón? Cansa estar peleando todo el tiempo.

- No, hay algo más.

Nayeon, nerviosa ante la mirada acusadora de Mina, sintió que hacía más calor.

- Es por el equipo.- concluyó al fin.- Querés estar bien por el equipo.

- S-si, por eso.

- Nayeon, tuve mil peleas con las chicas y nunca influye en nuestros partidos. Sé separar las cosas.

- Bueno pero yo no, además, ¿No te cansan a vos también las peleas?

- Un poco, pero eso no evita que te odie.

- ¿De verdad me odias?

- Si, ¿Por? - la frialdad y rapidez con lo que dijo aquello causó un pequeño dolor en el corazón de Nayeon. Ella no quería ser odiada.

- Odiar es algo muy feo, y yo nunca te hice algo malo.

Pensándolo bien, era verdad. Quizás si pequeñas jodas entre ellas cuando se conocieron, pero nunca algo de alto nivel. Pero, para Mina, era imposible no insultarla en todo momento.

Había algo en Nayeon que odiaba, detestaba a morir, y no sabía porqué. Se sentía como una nena que odia a otra nada más por tener un juguete. Mas, Nayeon no tenía algo que Mina quisiera.

Había una cosa detrás de todo ese odio, y no podía saberlo. En su cabeza, todo era Nayeon. Esa remera le queda fea, ese pantalón no combina, su maquillaje está mal hecho.

Aunque esa noche, nada de esas cosas pasaban por su cabeza. Por primera vez se admitió a sí misma que Nayeon se veía bien en su blusa blanca y falda amarilla, que sus ojos se veían lindos con ese tipo de delineado y que sus tacones hacían sus piernas más largas y perfectas.

¿Qué estaba pasando? Por primera vez se estaba preguntando a sí misma de dónde viene el odio que tanto jura tenerle, pero no hay nada.

- Bueno puede ser que sólo me caigas mal.

- ¿Por qué?

- Ya te lo dije, por odiosa.

- ¿Por qué pensas que lo soy?

La cercanía hacía que Mina perdiera el aire, Nayeon estaba muy preguntona.

- Porque si, ya está, dejame ir.

- No, Mina.- agarró su mano.- Por primera vez en mi vida no voy a dejarte ir.

treasure • minayeonWhere stories live. Discover now