El Novio De Emma© #2

63: Culpa

Colin se encontraba sentado en la sala de espera próxima a la 1128. Eran más de las 06 a.m. La sala estaba vacía. Había amanecido ahí. Solo. Sin dormir. Ahora tenía los brazos cruzados sobre su pecho, estaba descansando sus ojos, con su cabeza hacia atrás, contra la pared. Ayer había sido un día agotador. Al principio, Emma había puesto una barrera, incluso después de decir que sí estaba dispuesta a responder preguntas, a contar todo lo que había pasado, a que le hicieran una evaluación física. Nadie en ese lugar pensaba que fuese sencillo para ella narrar cómo ocurrieron los hechos, pero ella tenía la sensación de que parecía una estúpida al no poder decir en voz alta que Milo le había pedido una mamada al principio. Luchó contra una especie de obstrucción en su garganta cuando lo pronunció, ni siquiera pudo articular bien a la primera. Todo empeoró cuando debió describir cómo ocurrió el ataque. En su mente no paraban de sonar las nocturnas del maestro Chopin. Luego de aquella pesadilla (en realidad, todo era una pesadilla continua), una enfermera le ayudó a asearse por primera vez desde el ataque. Mientras todo eso ocurría, Colin no se alejó de la habitación, vagó por el pasillo sin salirse demasiado del perímetro. Emma había sido violentada físicamente y habían tenido un aborto espontáneo. Tenía mucho en qué hundirse, en qué disociarse, pero aun sentía incomodidad delante de los hermanos de ella, en especial delante de J.J. Ellos fingían que él no existía en el mismo pasillo. Sentirse odiado no le facilitó nada. Pero uno de ellos tuvo misericordia. Gael se acercó cuando Colin estaba sentado en la sala, y le regaló un donut de choco, pero no le habló mucho, solo fue un debes comer algo. Entonces, gracias a Gael, y a la máquina expendedora de al lado, cenó un donut y bebió una gaseosa enlatada como comida de todo el día.

—Colin.

Colin abrió sus ojos, mirando a Faith. Todos se habían quedado hasta altas horas de la madrugada en el hospital, pero también todos se habían ido a dormir en el ático, mejor dicho, a intentar dormir, excepto Jake, quien durmió en el sofá de la habitación 1128. Faith se fue tarde y regresó temprano, hallando a Colin con la misma ropa, en la silla de la sala de espera que había bautizada como suya.

—No has dormido nada —señaló.

—¿Tú sí? —No quiso sonar pesado, pero le salió del alma.

—Dormí —Faith se sentó en la silla de al lado—, me obligué a hacerlo. Si no descansamos, aunque sea un poquito, no podremos estar completamente para Emma. Vete a descansar —lo animó.

—Estoy bien. Gracias —la dejó de mirar. Estaba enfadado, no con Faith, sino con el que dice que siempre tengan fe en Él. Agradecía que nadie en la familia de Emma fuese cristiano porque se iba a morir de rabia si escuchaba decir que debían orar. Por otro lado, lamentó haberse enterado de esa manera que ahora Faith era bastante cercana a la familia Miller, y que Emma la quería mucho, lo supo cuando ella dejó que Faith le tocara el cabello después de asearse.

—Jake me dijo que hiciste un buen trabajo ayer.

—Hice lo que tenía que hacer.

—Están agradecidos contigo por eso.