La chica gamer~(Rubius y tu)

CAP.27 Malditamente perfecto.

Se escuchaban pasos, estaba bajando por la escaleras, voy a desmayarme.

Sí, volví a suspirar, y me temblaban las piernas, tenía la necesidad de sentarme.

Repito, voy-a-des-ma-yar-me.

Rubén, necesito verte ya.

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Comencé a ver sus deportivas bajar con calma por cada escalón, aún su cabeza no asomaba y mi infarto ya estaba asegurado.

Quería darme la vuelta y desaparecer, esos momentos de "tierra trágame" la cuál nunca hacia ni puñetero caso porque ahí seguía yo, como una estatua y sin ninguna expresión en la cara.

Esto seria digno de comedia en cualquier otra circunstancia pero no en esta.

Al fin la cabeza de Rubén apareció, la cual miraba cada escalón, pero, y siempre hay un pero, en el penúltimo escalón la alzó y sus ojos se clavaron en mí.

Ahora era cuando se supone que yo debía convertirme en invisible o algo de eso, pero yo no tengo tanta suerte.

Se puso pálido, digamos que estaba en estado de shock, y a mi se me escaparon un par de lágrimas al verle.

El padrino miraba la escena espectante, cualquiera diría que le faltaban las palomitas y el refresco.

Rubén seguía con los ojos como platos, mirándome atónito como si fuera mentira la cantidad de kilómetros que me había hecho solo para verle. Tragué saliva. Rubén tartamudeo un par de veces para conseguir decir algo, pero no logró su cometido y vino corriendo hacía mí para así abrazarme casi asfixiandome.

Rubén: ¿Q-Qué haces aquí? -Dijo aún sin soltarme de él.

Eso mismo me preguntaba yo, tenía unas ganas inmensas de gritarle lo subnormal que había sido por irse de esa manera pero lo único que podía hacer en aquel momento era morderme la lengua.

_____: He venido a buscarte Rubén, no te vas a librar tan fácil de mí. -Ahora era yo la que apretaba más fuerte en el abrazo, lo echaba en falta, muy en falta.

Le escuche sonreír al lado de mi oreja, esa enorme y preciosa sonrisa tan característica suya.

Padrino: Los dejo solos, tienen mucho de que hablar.

-Así fue como el padrino se marchó y Rubén y yo nos quedamos abrazados sin articular palabra casi por una hora. La conversación consistía en sonrisas, suspiros y más sonrisas. No necesitaba nada más. Rubén me dijo que me fuera a dar una ducha para entrar en calor que el me dejaría un pijama.

Y ahí estaba yo, sentada en su cama con un enorme pijama suyo, que consistía en una camiseta que me quedaba larguísima, esperando respuestas mientras el me observaba apoyado desde un escritorio, al parecer, de roble viejo.

Yo miraba tímida el suelo, mientras el me observaba de arriba abajo como si aún no se creyera que estuviera allí de verdad. Decidí ser la primera en hablar.

____: Tienes que volver a España -dije está vez mirándole a los ojos- estas haciendo daño a mucha gente, ellos te necesitan.

Rubén: ¡NO ME IMPORTAN!¿¡A CASO TU ME HAS NECESITADO!? -Dijo enfadado.

_____: -me puse en pie y frente a frente con él, está vez, yo era la que estaba furiosa- ¿¡Cómo eres tan idiota de preguntarme eso!? ¡De verdad crees que si no me importarás hubiera venido hasta aquí a buscarte! -Inhalaba y exhalaba aire a gran velocidad, mientras mi pecho se agitaba brusco por lo gritos que había dado.

Rubén pegó su frente a la mía, mientras me miraba a los ojos. Maldito bipolar, idiota, bobo, precioso, divertido, perfecto... a lo mejor la bipolar aquí soy yo...

Rubén: Te he echado de menos.

Me distraje mirando sus ojos.

Rubén: -ahora sonreía, esa perfecta sonrisa de la que os había hablado antes- te he necesitado tanto -susurró rozando mis labios.

_____: ¿Cómo el respirar? -Dije sonriendo, mientras el seguía muy cerca de mis labios.

Rubén: Como el respirar -afirmó él, acortando el espacio que quedaba entre nosotros y besándome como no me había besado nadie en la vida.

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Att: Alba.