Why love me?

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Entre las calles de San Fransokio divagaba un chico piel blanca, pelo azabache desordenado y ojos oscuros rasgados, donde  todos los que lo conocían reflejaban altanería, orgullo, pasión por la robótica y un amor que le tenía hacia personas que le...

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Entre las calles de San Fransokio divagaba un chico piel blanca, pelo azabache desordenado y ojos oscuros rasgados, donde todos los que lo conocían reflejaban altanería, orgullo, pasión por la robótica y un amor que le tenía hacia personas que le importaba.

Pero ahora era la excepción. Sus ojos rasgados reflejaban tristeza, enojo y confusión.Se le veia desanimado sin ganas de hacer absolutamente nada, y esta no era la primera vez; ya que habia estado asi toda la semana. Preocupada, Tia Cass le habia pedido, -mejor dicho obligado a- que saliera de su cuarto para despejarse.

Estaba tan centrado en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un chico de tez morena -alías: Miguel- yacía a lado de él dirigiéndome una sonrisa ladina; luego que lo divisara se sobresalto de tal manera que hasta se cayó al piso. Rivera se dirigió al asiático extendiéndole la mano acompañado de una risitas que había sido consecuencia del golpe que se había dado el Hamada menor.

Molesto por la travesura del moreno lo miro con enojo; sin embargo acepto la ayuda para levantarse y sacudirse el polvo de su ropa.

A Miguel le encantaba molestarlo pensaba que se veía tierno cuando se enojaba como un chaneke, siendo que a pesar de ser menor que Hiro le ganaba en altura.

Cuando lo observo mejor se percató de sus ojos. Después ver el enojo por lo que hizo y el orgullo que lo caracterizaba se sorprendió al divisar tristeza y ese color rojizo que delataba que había llorado hace poco.

El tez morena se quedó perplejo, le preocupaba mucho el Hamada menor no sólo que a esa familia le debía mucho; ya que desde que llegó de México junto a su amigo Marco, la familia Hamada no dudó en darle alojo y hasta trabajo en el Lucky Cat. Así que por eso y mucho más les agradecia con frecuencia, considerándolos su segunda familia.

Y con el paso del tiempo le había agarrado cariño al Japo-americano, sintiendo algo más que amistad; en pocas palabras estaba un poco loco por el que estaba enfrente, ese chinito mamón desde hace tiempo lo volvía un idiota, un idiota enamorado. Pero por suerte, Hiro era muy distraído y nunca -que tuviera conocimiento- se dio cuenta de sus pequeños coqueteos ni lo torpe que aveces se ponia cuando lo miraba esos ojos rasgados que tanto le encantaban.

No obstante ya había dejado los coqueteos de lado cuando descubrió que tenía novia. K A R M I. Y que esta misma sospechaba de sus intenciones con él -lo sabía por su mirada en él pesada y con rencor-; nadamas en pensarlo le daba escalofríos.

Además, también conocía al nipón; es muy orgulloso para llorar en la calle y sabía perfectamente que si lloraba algo le había pasado y, tal vez, algo grave.

Pero, desafortunadamente, NO SABIA QUE MIERDA HABÍA PASADO; desde hace un mes no hablaba con él. La universidad, los trabajos finales junto a las presentaciones en diferentes restaurantes y bares lo tenian muy ocupado.Tiene demasiada suerte al habérselo topado en la calle.

Frijoles Casados [Higuel] [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now