Capítulo 22: El espejo

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Según mis padres, durante la noche en la que desaparecí, Jonah había sido muy atento y que había hecho todo lo posible para ayudarnos y cooperar con la policía.

De acuerdo a su declaración, dijeron que se quedaron toda la noche esperándome en el hospital, llamándome y mandándome mensajes que nunca respondí. Me habían castigado vía mensaje por preocuparlos tanto, aunque en el fondo ellos estaban muriendo de miedo. Al igual que Katia, ellos presentían que algo no estaba bien.

Nunca llegué y nunca respondí, por lo que enviaron a mi hermano a buscarme para asegurarse de que estuviera bien. Derek había llegado al restaurante, y vio mi auto aún estacionado afuera. Las luces estaban apagadas, y la puerta principal estaba cerrada, pero la puerta trasera estaba abierta de par en par. Todas las camionetas de entregas seguían en su lugar cuando él llegó y yo no estaba en ninguna de ellas. Entró llamándome por mi nombre, y encontró el mensaje de mi secuestrador en la pared. Dijo que algunas cosas estaban tiradas en el suelo, como si hubiera habido una lucha ahí adentro. Y en ese instante llamó a emergencias. Derek estaba demasiado nervioso y aterrado como para llamar a mis padres, y ellos, que aún no entendían por qué ninguno de los dos había llegado al hospital, se fueron al restaurante sólo para encontrarlo rodeado de patrullas. En ese momento me buscaban como persona secuestrada, no muerta. 

En ese instante mi padre llamó a Jonah, quien llegó muy rápdio y había hecho todo lo posible para consolar y calmar a Derek. Y después había cuidado de Rosie mientras mis padres y hermano hablaban en las noticias, negociando con mi secuestrador que le darían todo el dinero que poseían a cambio de mi regreso. 

-Anne, si por alguna razón decidiste dejarnos, y en realidad estás bien, sólo quiero que me digas adiós. Sólo quiero decir adiós-Pidió mi hermano. Yo había visto la repetición de sus súplicas en televisión, en el aniversario del descubrimiento de mi cadáver, e incluso cuando un canal de crímenes hizo todo un episodio sobre mi muerte.

El caso es que Jonah había estado ahí todo el tiempo, cada paso en el camino. Había estado con mi familia, en el restaurante, con la policía, con los medios. La pregunta del millón era si había estado ahí como un amigo apoyando a sus amigos, o como un asesino manteniendo a todo el mundo lejos de su presa y de sus secretos. 

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Volví al restaurante, con la cabeza agachada, y esperé a que Jonah terminara su turno. Como siempre hacía desde que yo recordaba, bromeó con el personal, cocinó y limpió con estándares impresionantemente altos y fue amable con todo el mundo que se le paraba enfrente, comensales o personal. Era un hombre muy simpático y amigable que le caía bien a todo el pueblo. Casi todo el mundo lo conocía por nombre. Después, cuando su turno terminó, lo seguí a casa bajo la lluvia.

La casa de Jonah siempre había estado limpia e inmaculada, desde que yo era pequeña hasta la ultima vez que yo había estado ahí, pocos días antes de desaparecer. Siempre había sido un gran fanático de mantener las cosas en orden, de no dejar manchas y de estar limpiando cada de podía. No parecía el lugar donde una persona pudiera mantener a una chica secuestrada por una semana. Mi familia y yo habíamos estado en ese lugar demasiadas veces, y si hubiera un escondite secreto sin duda yo lo habría encontrado de pequeña.

Jonah entró quitándose el impermeable y dejando su paraguas junto a la entrada de manera muy organizada. Caminó lentamente hacia una pequeña mesa junto a la puerta y dejó las llaves en un plato frente a un espejo. El plato estaba lleno de cosas como cajas de Tic Tac, baterías, tornillos y otras llaves. Yo me paré justo detrás de él buscando algo que lo vinculara con Lauren como un arete, otro brazalete, cualquier cosita podía servirme. De repente, Jonah levantó la mirada para mirarse al espejo y dejó escapar un fuerte grito mientras saltaba hacia atrás y caía al suelo.

El Asesinato de Anneliese TrevinWo Geschichten leben. Entdecke jetzt