Capítulo 5

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Era viernes por la madrugada, y era algo raro que yo no pudiera dormir debido a que mi mente se la pasaba pensando en aquel sábado que se acercaba. Esperen, ese sábado era al otro día. Pobre de mí y de mi corazón aquella mañana del 16 de marzo. Retomo. Era viernes por la madrugada, como ya dije, no pude dormir porque estaba ansiosa de ir a esas clases. Estaba inmersa en mis pensamientos, cuando de pronto algo me sacó de ellos. Era la alarma del despertador, ya eran las 5:40 de la mañana, hice toda mi rutina para ir al colegio. Vimos clases, dejaron tarea, llegué a mi casa, almorcé, nos fuimos a trabajar, hice tareas, etc etc. En la noche, yo ya estaba alistando las cosas para el día siguiente, me alisté para acostarme a dormir. Estaba hablando con Noah, lo noté normal, pero hubo un comentario que se me hizo raro, me dijo que, si yo iba a ir mañana a las clases, y que a qué hora me iba a ir. Para mí eso fue raro, pero bueno, nos despedimos y me fui a dormir.

Me desperté a las 6:30 am. Me levanté de la cama 10 minutos después, me bañé y vestí, luego bajé a desayunar. Le escribí a Noah, se me hizo raro que estuviera despierto, pero lo dejé pasar. Subo a mi cuarto a cepillarme, agarro mi bolso y bajo a la sala. Me encuentro con que mi papá no se ha despertado, un poco enojada le reclamo, claramente sin ser grosera. ¿Lo que conseguí?, que me gritara y me regañara que porque estaba muy temprano. Eran las 7:15 am, para mí eso no era temprano, mientras que él se levante, se pusiera una camisa y sacara el carro, era el tiempo adecuado, pero no, al señor le gusta siempre salir tarde, pero obvio, como no lo van a regañar a él, y no va a pasar vergüenza. Ya eran las 7:30, la hora en la que debía de estar allá, salimos de nuestra casa, llegué al colegio como a las 7:40, algo tarde, pasé la puerta de la entrada, iba caminando por el pasillo, cuando, ¡Oh sorpresa!, adivinen a quién veo. Sí, a Noah, creo que no se lo esperaban, y obviamente tampoco yo. Lo reconocí porque ya había visto fotos de él y lo distinguía un poco.

En ese momento entré en pánico, no sabía qué hacer, no me podía devolver porque mi papá ya se había ido, e igual, con qué excusa le saldría al portero para que me dejara salir. Lo primero que hice fue disminuir mis pasos, mientras muchas cosas pasaban por mi cabeza, preguntas como: - ¿Qué hace él aquí? ¿Cómo lo dejaron entrar? o ¿Me habrá visto?, recuerdo muy bien que en un instante me detuve, giré y vi que venía una amiga, Valeria, ya les había hablado de ella antes. Literalmente ella fue mi salvación, sé que sueno dramática, pero es que, si hubieran estado en mi lugar en ese momento, habrían hecho lo mismo que yo hice.

Por supuesto ella me vio, le dije lo que estaba ocurriendo, y tampoco lo podía creer, hasta se empezó a reír. Yo no quería seguir, porque para poder subir al salón tenía que pasar por el lado de él, porque justamente estaba junto a las escaleras; aquellas escaleras que yo tenía que subir. Gracias a Valeria pudimos pasar sin que se diera cuenta, o eso creía yo, ah, y lo peor, también estaba con la mamá, supuse que era ella, y acerté. Cuando entré al salón, al minuto casi la mitad del salón se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo, y yo, estaba tratando de esconderme. Verónica, mi otra amiga, anteriormente ya sabía que Noah existía, también se empezó a reír, ¿Por qué todas hacían eso?, vaya suerte la mía.

Entró la profesora, acompañada de un chico. Sí, él, ay Dios mío, digo yo en mi cabeza.

-Esto se va a poner bueno- dice Verónica a mi lado.

La profesora nos presentó a Noah, yo era la única que lo conocía. Podía notar que me estaba buscando, él sabía que yo me encontraba en ese salón, porque yo le conté todo sobre mí. Hasta que, llego un momento feo.

-Hagan parejas, vamos a resolver unas pruebas- dijo la profesora de sociales.

Como mis compañeras son tan queridas y amables, me iban a dejar con él, y yo obviamente no lo iba a permitir. Al lado mío estaba Nicole, lo primero que hice fue agarrarla para que no me dejara sola. Noah se había quedado sólo, nadie se hizo con él, la profesora preguntó:

-Muchachas. ¿Quién se va a hacer con el joven?

Así que mi adorada amiga Nicole, alzo su mano y dijo:

-Aquí profe, con nosotras.

Yo la miré, que la mataba. Noah corrió su asiento hacia nosotras, se hizo al lado de mi amiga, de manera que no podíamos entablar una conversación o contacto alguno. Básicamente Nicole era la que hablaba, como ya había dicho antes, mis amigas son expertas en hacer amistad con personas desconocidas, en cambio yo no, todo lo que habíamos hablado, todo lo que nos habíamos dicho, que cuando nos viéramos por primera vez caminaríamos de la mano, nos abrazaríamos, etc, etc, nunca pasó ese día.

Comenzamos a responder la prueba que nos dio la profesora, Noah y yo leíamos en la mente, Nicole era la única que leía en voz alta, hasta que dijo:

- ¿Ustedes no van a leer? - Mirándonos a los dos y a la vez riéndose.

Dije que no, contestando con la cabeza, ni siquiera pude ver la reacción de Noah, pero me imagino que su gesto fue un sí, ya que cogió la hoja y comenzó a leer, no se demoró casi nada para darnos la respuesta de la primera pregunta, Nicole me preguntó que, si estaba de acuerdo, leí, pero no le presté atención a la pregunta, solamente dije que sí.

Se acabó la hora de sociales, seguíamos con lengua castellana y yo no me movía, estaba como una estatua en mi asiento, seguimos en parejas, exceptuando nosotros, que éramos tres. Luego de una hora y media sonó el timbre, indicando que ya podíamos salir a descanso. Todas mis compañeras del salón ya se habían dado cuenta de todo, el chisme se esparció muy rápido. Ya iba saliendo del salón, tratando de evadir a Noah, cuando de repente una amiga me agarro del brazo y me intentó llevar hasta él, yo no quise y me resistí, logré escapar, pero con mi brazo lastimado, me había sujetado fuerte y como yo estaba tirando mi brazo para el otro lado me lastimó, dejándome un moretón.

Estando abajo con mi grupo, en el cual se encontraban: Verónica, Valeria, Sara, Nicole e Isabella. Me quedé con ellas, el pobre Noah se tuvo que ir a la sala de profesores, ya que yo lo había ignorado, ay, cómo lamento ese día, sé que lo hice sentir muy mal, además de que él me lo contó tiempo después. Volvimos del descanso. Yo me senté y comenzamos la hora de inglés, literalmente estaba a mi lado y no hablábamos, no nos mirábamos y no nos movíamos, y así se pasó la mañana.

A la hora de irnos, la misma mano que me había dejado un moretón volvió a sujetarme, era Amelia, de inmediato volteé.

-Emily, al menos dile hola, ¿No le vas a hablar en todo el día?, ¿No te da lástima? - me dijo.

-No le hablé en todo el día, ¿Para qué lo voy a hacer ahora?, además me da pena.

-Ay no, deja de ser tan boba, al menos salúdalo- me dijo, empujándome hacia él.

Quedamos cara a cara, yo sólo lo miré, y él me miró.

-Hola- le dije sonriendo.

-Hola, ¿Cómo estás? -

Mientras me respondía yo sólo lo detallaba, podía notar que era más alto que yo; su cabello era negro, tenía brackets de color rojo, llevaba puesta una camisa negra con letras blancas, pantalón negro, Converse negros y un bolso. Ese primer día que lo vi me pareció extraño que se vistiera así, pero con el tiempo me di cuenta que ese es su estilo.

-Bien, ¿Y tú?

-Ammm, muy bien.

-Bueno adiós- me volteé y me fui caminando rápido, él se quedó ahí parado, bajé las escaleras y me junté con mis compañeras que ya estaban en la salida. Sé que fue estúpido lo que hice, pero no sabía que más decir, mis palabras estaban congeladas, mi cerebro no reaccionaba y mi cuerpo quería huir.

Afuera estaban las demás estudiantes esperando a que las recogieran. Estando afuera aún me seguían diciendo que por qué no había hablado con él o al menos saludado bien, me estaba dando era rabia, porque era algo nuevo lo que estaba haciendo y todas me presionaban y eran bla bla bla, hasta que por fin llegó mi papá a recogerme y llevarme a la casa 

Desde que te conocí (EDITANDO)Where stories live. Discover now