El Sr. Mensajero

Elise, bella dama.

Hubo una vez, una mujer noble llamada ¨Elise¨, ella era tan hermosa y delicada como una flor, su piel era más suave que el algodón. Su edad era de 16,  ella era bastante joven, pero era la edad perfecta para casarse, su familia decidió que Elise se casaría con el príncipe de un castillo muy lejano, ella aun no quería casarse, pero no podía rechazar esa obligación, así que fue obligada a aceptar.

Así que su familia le explico todo lo que debía saber y en que estado estaba el reino de Yulan (Reino de su futuro prometido), Así que estudio lo suficiente para poder tener una conversación estable con el príncipe, así que descanso en su cama hasta que fuera la hora de cenar, esta se dirigió el salón, donde comenzó a comer y charlar con sus padres sobre su casamiento, su padre dijo que Elise y el príncipe comenzaran a enviarse cartas mutuamente a partir de los próximos 3 meses, Elise acepto algo enojada. Después de cenar, Elise se dirigió al jardín del reino, se sentó bajo un árbol ya bastante viejo, ella pensaba en lo que habían hablado durante la cena, por un momento recordó algo que dijo su padre hace unos días, lo cual era: ¨Yo y el padre del príncipe arreglamos tu casamiento hace años, pero los años pasaron volando y ya es edad para que te cases con el príncipe ----¨

Ella no había prestado atención a esas palabras, pero lo peor de todo, es que su padre nunca dijo nada sobre un casamiento, Desconcertada de las palabras de su padre decidió salir del castillo escapando hacia el bosque, sumergida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que estaba lo mas lejos posible del reino, solo se oían las aves, lo que la relajo un poco, ya que lo que Elise mas ama son las aves, con sus bellas plumas de colores y sus hermosos cantos que retumban en sus oídos. Pero eso no era lo importante, lo importante era volver al reino, sin darse cuenta, ya había oscurecido completamente, algo asustada, recordó que las luces del palacio nunca se apagaban, así que comenzó a escalar un árbol que se encontraba a su lado para así poder ver el reino desde allí, pero su pie se resbalo y cayo al suelo, quedando inconsciente inmediatamente, lo único que vio al caer al suelo, fue una mano tocando su mejilla, una mano cálida, suave, una mano desconocida.

                 En el siguiente episodio sera escrito en primera persona ya que esta es la presentación