Future [Naruto]

8

Un grito, lleno de sorpresa y un estado puro de desconcierto, había resonado por la calle entera. Los perros comenzaron a ladrar, la aves fueron espantadas de forma inmediata de la zona y, el rubio que se encontraba directamente posicionado frente al punto de donde provenía el sonido, tuvo que cubrir sus oídos de forma precipitada, para evitar quedarse sin la habilidad de escucha que él, bastante, apreciaba.

–¿¡Pero que rayos te pasa!?– preguntó, en una exlamación desconcertada. Su hermana menor, apoyada algunos pasos detrás de él, retiraba las manos de sus oídos con sorpresa mientras observaba al joven que había causado aquel desgarrador sonido. Su mirada se encontraba perdida, analizando el rostro de su hermano mayor con cuidado, como si un grito no acabara de salir de su garganta.

–¿Dijiste Uzumaki? ¿¡De verdad?!– su cuerpo se había levantado como un resorte del suelo, colocando cierto tono esperanzador en su última pregunta. Sus ojos azules brillaban a la espera de un respuesta afirmativa que, el joven en frente suya, se sorprendió de escuchar. "¿Será algún fan de mi padre?" se preguntó mentalmente, siendo algo no demasiado raro considerando el título que ejercía la cabeza de la familia, sin embargo, jamás se había cruzado con alguien que nombrara tan llamativamente a su apellido. Una pequeña sensación de orgullo se instaló en su pecho, aunque, la desechó de inmediato pensando en como su padre actuaba portando el apellido. "Una vergüenza" pensó, limitandose a asentir la cabeza ante la pregunta formulada por el rubio de llamativo traje naranja.

El rostro del joven brilló, denotando la emoción que recorría cada punto de su cuerpo. ¿Miembros de su clan? No lo creía posible, sin embargo, la felicidad que lo ahogaba no permitía que pensara de forma más fría. Quería creer que ambos decían la verdad, y, observando el gran parecido físico que denotaban, le pareció casi imposible que fuese una mentira. "¿El cabello rubio será algo caracteríztico de los Uzumaki?" se preguntó, aunque, sin decir nada al respecto, sonrió de oreja a oreja hacía los individuos frente a él.

–¡Yo también soy un Uzumaki!–

Unos segundos de silencio cubrieron la habitación, al mismo tiempo en el que el joven frente suyo, procesaba sus palabras. Solía encontrarse con todo tipo de individuos, desde los que idolatraban a su padre, hasta quienes le deseaban la muerte, pero nunca, había conocido a alguien que tomara su apellido como propio.

"¿Sarada no había mencionado algo así alguna vez?" se preguntó, tratando de recordar las palabras de su compañera de equipo, pero, siendo sincero, su capacidad para recordar lo que decía la Uchiha menor era casi nula, por otro lado, era probable que lo inusual del momento no le estuviera ayudando para nada. Nunca había hablado con su padre sobre la existencia de más miembros de su clan (siendo, una de las razones, el poco tiempo que tendría para hacerlo), sin embargo, estaba casi seguro que no había ninguna persona con el apellido Uzumaki de su conocimiento o el de su progenitor.

–¿Es esto un truco?– preguntó, en un susurro, tratando de que su molestía se viera contenida en la oración, sin embargo, toda frase que podría haber salido de sus labios fue eclipsada por el pequeño y emocionado grito de alegría que había soltado su hermana a sus espaldas. Escuchó sus pasos apresurados acercarse a donde ambos rubios todavía mantenían un intercambio de miradas (uno, con solemnica felicidad mientras, el otro, observaba de forma dubitativa y ligeramente molesta) para, después, verla acercarse al joven con una sonrisa brillante y una emoción que desvordaba.

–¡¿En serio?!– preguntó la pequeña, provocando que sus ojos se iluminaran y sus puños se cerraran, conteniendo la esperanza en su interior. Conocían a la familia del lado de su madre extrañamente bien, pero, por el lado de su padre, la historia se volvía confusa. El septimo Hokage les había contado profundas historías sobre la valentía y valor de sus abuelos, siendo la abuela Kushina, la primera que venía a sus mentes cuando se hablaba del clan Uzumaki, sin embargo, los conocimiento de su padre hacía más atrás en la historia eran, sin poder ponerlo de otra forma, inexistentes, terminando en una maraña de confusión y preguntas sin responder.