8. Personas que desarrollan lazos por otras personas

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(Paris)

La enorme sonrisa que estaba dibujada en mi cara, reflejaba a la perfección la enorme felicidad que sentía en estos momentos.

Aún no me creía que fuese a pasar todo un día con Darel y los demás. A pesar de que me habían dicho que esta vez no se irían, y había puesto mi confianza en ellos, tenía cierto ápice de miedo de que todo fuese una nueva broma de mal gusto. Pero no había sido así.

—¿Y dónde vamos a ir? —Lori metió las manos en sus bolsillos, y comenzó a inflar una pompa con el chicle que llevaba en la boca.

—Podemos acercarnos al S.K. —respondió el de ojos azul cielo—. Le pediré a Judha que me deje la cocina, y de esa forma podríamos comer todos juntos.

Miré hacia él y arqueé una ceja.

—¿Vas a cocinar tú? —pregunté sorprendido.

Darel sonrió y posó sus ojos en mí antes de hablar.

—Claro que sí —se llevó una mano al pecho—. Aunque no te lo creas, cocino bastante bien. No soy un inútil que solo sabe hacer surf —rió.

—Es cierto que cocinas bien... —Lori hizo otra pompa y siguió hablando—. Pero lo extraño es que vayas a hacerlo. No recuerdo la última vez que nos invitaste a comer algo hecho por ti, así que imagino que hoy ha pasado algo especial para que nos hayas invitado con tanto entusiasmo —entrecerró los ojos y miró a Darel divertida—. ¿O me equivoco?

El aludido frunció el ceño y la ignoró por completo.

—Lo que yo decía —la de pelo rosado rió de nuevo—. Pero en fin... ¿dónde se han metido “cerebro entrepierna” y “el caballero idiota”?

Miré haca atrás al darme cuenta de que habíamos dejado olvidados a Kiam y a Barb, y cuando vi llegar a mi amigo con una expresión extraña, no pude evitar preguntar a ver qué le pasaba.

—¿Estás bien? —pregunté, pero el de pelo color arena me ignoró, y siguió bufando incoherencias por lo bajo.

Me encogí de hombros sin saber lo que le ocurría y, de nuevo, me acerqué a los demás.

—¿Ha sucedido algo, Barb? —preguntó ahora Darel a su amigo.

El de la dilatación se encogió de hombros y sonrió divertido.

—Qué va, qué va —hizo un gesto con la mano para quitar importancia al asunto—. Simplemente, que me lo voy a pasar muy bien a partir de ahora.

Miré hacia Darel confundido, y éste me devolvió la misma mirada.

De Príncipes y Princesos ©Where stories live. Discover now