2: Obsequiar

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25 de Setiembre de 1998

Hoy llueve. Mucho mucho. Y a KiBum le encanta la lluvia.
Se ha puesto sus botas para el jardín porque no quiere estropear sus zapatos nuevos, además su omma le ha dado un cubre pocas por si acaso algún mosquito quiera entrar en su garganta, de nuevo.

Fue horrible. Y supo asqueroso. Iugh.

Ahora espera que eso no pase, para poder disfrutar de esa cálida lluvia de verano.

Refrescante y hermosa lluvia.

- ¡Oye, KiSum!

El pequeño de ocho años recién cumplidos, mira hacia la acera de enfrente. Frunce el ceño por dos razones : una, ese niño llamado JongHyun está jugando el lodo otra vez, y segundo, lo ha llamado de forma equivocada...

Es molesto.

Muy molesto.

- ¡Soy KiBum! ¡No KiSum! ¡Niño tonto! - grita el castaño, quitándose el cubre bocas para que lo escuche mejor.

JongHyun, por su lado, sólo le sonríe. Cree que molestar a ese bebé con cara de gato es divertido. Y bueno, aunque su omma le ha pedido que sea su amigo a él no le interesa. Prefiere seguir jugando con el lodo, la tierra y las piedras de su jardín.

Eso le divierte un montón.

Cada día en la mañana, sale al jardín a recoger rocas, y con sus pinturas de la escuela hace pequeños dibujos en ellas. También escribe mensajes bonitos para llevárselas a su hermana Sodam, y así poder conseguir algunos deliciosos dulces.

A JongHyun le gustan los chocolates rellenos de coco rayado que venden en la tienda del señor Cho, pero la caja es algo costosa así que para poder comprarlos ha decidido empezar un pequeño negocio, muy parecido al de su appa que es un decorador de jardines muy experimentado: quiere vender sus rocas especiales a todas las parejas enamoradas que encuentre por el vencindario.

Está seguro que si a su omma, ya Sodam le gustan entonces podría funcionar con otras personas, y así conseguiría dinero para comprar su caja de chocolates.

Por ello es que mejor se concentra en su trabajo antes de seguir molestando al niño de enfrente.

Ésto es más importante.

Entonces se da vuelta, dando la espalda, y coge en sus manos una roca lisa, donde con sus pinturas empieza a dibujar un bonito trébol de cuatro hojas, para la buena suerte.

Hace los trazos, un poquito chuecos porque aún tiene 9 años y no puede dibujar taaan bien. Luego, toma otro poquito de pintura verde y rellena todo.

Lo observa. Le gusta como ha quedado, pero también quiere escribirle un mensaje, aunque realmente no sabe qué debería poner...

- ¿Qué es eso?

JongHyun salta por la sorpresa al reconocer a KiBum, mirándolo desde muy cerca con sus ojos de gato malhumorado.

Le incomoda, y retrocede un poco.

- Son mis piedras - responde con simpleza, mientras vuelve a su trabajo de escribir un bonito mensaje sobre la roca.

- ¿Me das una? - pregunta KiBum, curioso de lo que el molesto niño está haciendo sobre esas piedras.

- No. Son mías.

- Pero tienes muchas - insiste el menor, apretando los puños - puedes darme una y no te hará falta.

JongHyun frunce los labios. No le gusta que el niño cara de gato lo moleste. Y sí, es divertido hacerle enojar, pero ahora que es al revés no le gusta.

Además, lo llamó "niño tonto".

- ¡No quiero! - exclama muy fuerte, tomando un puñado de tierra húmeda en sus manos, tirándoselo a KiBum sobre su ropa - Dejame solo antes que te ensucie mucho más.

El castaño se mira sus ropas, y sin decirle nada más lo empuja antes de salir corriendo hacia su casa cubierto en lágrimas.

JongHyun, en su sitio, intenta ponerse de pié luego de haber sido empujado. Mira a KiBum correr, y por alguna extraña razón el corazón se le estruja muy fuerte al darse cuenta que lo hizo llorar.

Ahora tiene ganas de hacerlo él también.

¡Feliz Navidad!

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¡Feliz Navidad!

ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴ ʀᴏsᴀ  | JongKey FanficWhere stories live. Discover now