Hay belleza, en el desierto, hay belleza en sus colores, quién diga lo contrario porque no sabe nada del mundo, es cierto que a todos deslumbra un paisaje de muchos colores pero en cada cosa que nuestro creador hizo hay belleza y solo las almas puras pueden distinguir su magnificencia, muchos estan cansado del calor y de la arena tan persistente que no te deja, y se mete en lo más profundo de tu pantalón, aquellos que saben se darán cuenta que no hay nada más refrescante que dormir un par de horad bajo la sombra de una palmera o de alguna acacia que por alguna extraña razón también puede crecer en un desierto a altas temperaturas soportables, aquellos que vivimos aquí sabemos que en el horizonte siempre vemos un gran vacío celeste y eso al menos a mí me da un extraño presagio de que para algunos no existen limites, que no tenemos paredes naturales que nos refrene y podemos volar tan alto como podamos, y volar sin limites es sencillamente hermoso, en cada día en que pasamos en esta tierra se encuentra belleza al rededor, solo tenemos que prestar un poco más de atención, esta belleza del desierto se define en una sola palabra FUERZA sencillamente su gente su comida su cariño es muy fuerte aqui en el desierto no encontraras quizas a la flor mas bella de distintos colores pero encontrarás sin dudarlo a la flor más fuerte que soporta sequías de años, y sobrevive con lluvias que solo humedecen el piso, con solo la neblina del ambiente pueden sobrevivir, aqui en el desierto encontraras mil maravillas, mil bellezas de distintos tamaños su comida sus aromas, sus tradiciones y sus mujeres, todo su clima en general confabula para que cada uno de nosotros que tenemos el corazón de un desierto podamos ser fuertes, podamos ser calidos y poder abrasar cualquier corazón falto de amor, somos en algunos casos intransigentes con nuestros errores y eso nos hace diferentes nos hace bellos, por que no hay nada más bello que estar vivo, no hay nada más bello que amar y ser amado y estoy seguro que muchos de los que aqui están conmigo se sienten igual, sienten que tienen un corazón de desierto y que pueden ser tan calidos como sofocantes, que pueden ser tan fuertes que sobrepasen sus limites y su propio temple, pero aún a pesar de ello siempre habrá belleza en el desierto, un acto de ayuda, un sonrisa a medio abrir, un abrazo fuerte o una plabra de aliento es lo que caracteriza a aquellos que vienen del desierto.
