¡Ese imbécil es mío!

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— ¡Sobre mi cadáver lo tocaras!










— Lo siento, flug~










— ¡Demencia, ¿Que estás haciendo?!.















— ¿Seguro que sabés lo que haces?.





















— Nadie te volverá a dañar... Mi hermoso Kenning~




















¿Algún día seré feliz?.










Era un martirio despertar aquel día, sin embargo, aquellas tareas y armas no se harían solas

Los ojos de aquel Rubio se encontraban cerrados producto del sueño. ¿Cómo llegó ahí?.

Ni él lo sabría al despertar. Sólo escuchó la alarma y su pequeño espacio en aquella cama se abría dando a entender que era hora de volver al trabajo.

Con un gran pesar en su cuerpo lo hizo. Tomó la lista de pendientes, lo primero era despertar a su pequeño oso... Pero no estaba.

Realmente no se extraño, seguramente despertó temprano para hacerle un delicioso platillo de desayuno, típico de él.

Se dirigió a aquel espacio que pertenecía a su mejor creación femenino, Demencia. Para su sorpresa, no estaban ni ella, ni los Hat-boots.

Como lo hizo con el oso, no le dio importancia, seguramente algún ayudante la dejó salir a tomar aire. Así que fue en dirección a la Oficina de su amado jefecito, se apresuró a ir lo más rápido posible pues no quería ser transportado cual hoja de papel por aquel ente demoníaco.

Al pasar por los grandes pasillos observo que no se encontraban como comúnmente eran, ahora se sentía aún más vacío aquellas paredes gigantes, sin ruido, sin risas, sin lloriqueos... Algo andaba mal.

Tocó la puerta de su jefe, como usualmente lo hacía, despacio y sin prisa.

— ¿Amo Black Hat?... ¿Me permite pasar?... — Pregunto a la vez que una penumbra se adueñaba de aquella sala.— ¿Señor Black Hat?.— Volvió a preguntar.

No era normal que aquel demonio no respondiera las llamadas de su científico.
Con toda la pena del mundo se adentro a aquel espacio privado, no había nadie, ni siquiera estaba su oficina, era un espacio completamente vacío, de repente, en su pecho empezó a sentir angustia, una clase de sensación desagradable que no se podía comparar, eso no era angustia, era algo más.

Su cabeza empezó a doler y sus ojos empezaron a tener un ardor insoportable, similar al de una pestaña en el ojo, pero multiplicado por mil. Sus manos temblaban y seguía sin saber la razón, un gemido de dolor salió de su boca seguido de un grito que no era para nada agradable, y que si, alguien lo escuchaba, no dudaría en correr por su vida.
Se quitó la bolsa ya rasgada por los movimientos y se miro las manos, estas estaban de un color putrefacto.

— ¿Que mierda?... — Soltó con frustración. De la nada, sus ojos aún rojos y llorosos captaron la presencia de un ente, no, no era su jefecito, ni siquiera se acercaba a él.

Con el dolor en las manos se apresuró a abrir la puerta y salir corriendo, no quería mirar atrás, ni loco... Más parecía que el universo conspiraba en su contra, las paredes y el piso parecían ser devoradas, eso ya no era algo normal y mira que convivir con un demonio ya es bastante que decir.

¡¡Ese Imbécil Es Mio!!_[White Hat X Dr Flug] / [Black Hat X Dr Flug]Where stories live. Discover now