My angel, only mine, I shall kill anyone who dares to harm you.

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Charlie se tocó la herida, se sentía sucia y repugnante, antes de poder procesar completamente la situación, Alastor pasó su lengua por su herida, lamiéndola, limpiándola, ella se estremeció, se sujetó de sus codos del wendigo cuya uñas rozaban sus hombros.

- Más tarde-le susurró- Me aseguraré de borrar cualquier rastro que ese imbécil te haya dado, no te atrevas a pensar en él especialmente cuando estoy contigo.

Una declaración muy, pero muy atrevida, posesiva, dominante, tiránica y al mismo tiempo cariñosa por el tono de su voz. Charlie no era muy versada, pero tampoco estúpida en estos temas, sabía que Alastor estaba teniendo un ataque de celos y ¿Quién era ella para decirle que parara? Claramente su relación era superior al de compañeros de negocios aunque algo inferior de amantes o tal vez, ya eran amantes y lo único que faltaba era anunciarlo a medio mundo. En este instante lo único que la princesa quería era limpiarse y curarse la cicatriz que Harold le dio.

Alastor rozó sus labios con sus dedos, no le hizo el menor daño, había tanta dulzura y anhelo en aquel sublime gesto, Charile se ruborizó, el wendigo sonrió estaba logrando su cometido de que se olvidara del otro demonio, algo increíblemente difícil considerando la asquerosa mordida en su cuello provocada por su ex.

- oh qué considerado eres Radio Demon, no sabía que tu corazón fuera tan generoso para compartir tu novia con otro.

Betsabé aprovechó la situación para aumentar las llamas del conflicto, Alastor frunció el ceño ¿Cómo se atrevía esa vulgar excusa de mujer? Charlotte apartó la mirada del pelirrojo, Alastor no quería permitírselo, mas sabía que esta era una situación muy complicada para ella, así que lo dejó pasar.

- ¿Compartir? Me temo que no se a lo que se refiere señorita-replicó fríamente el wendigo invocando su micrófono- Yo solo sé que atacaron a Charlie y eso es algo que no estoy dispuesto a tolerar, creo que nadie podría permitir que lastimaran a su pareja ¿No, señorita?

Alastor no consideraba a esa súcubo como una mujer, la prueba fue que le decía señorita y no my dear como llamaba a todos, a Betsabé no le gustó como la trataba con indiferencia y desdén.

- Ahora... levántate cobarde-recriminó Alastor al demonio que estaba en el suelo ¡Oh! ¡Como deseaba retuerce el cuello como si se tratara de una gallina! Su ira aumentó al ver no había una sola gota de sangre en su rostro, tenía toda en su boca ¡Había bebido la sangre de su beloved! ¡Imb'...! estuvo a punto de insultarlo, mas se contuvo, perder la compostura era para idiotas y él ya había había insultado a esta alimaña- Lastimaste a mi mujer ¿Crees que te voy a perdonar?

- ¿Mujer? Por Lucifer debes estar muy enamorado para hacer semejante declaración-replicó Heldrich incorporándose con dificultad "Mierda, este tipo realmente intentó matarme con esa patada, bueno no es como no le entendiera, yo también perdería los estribos si pasara esto"-Eres...

- ¡AHHHHHHHHHHAHAAH!

Un chillido femenino, Charlotte estaba en el suelo... con su espalda empaña de sangre. Harold se asustó, mas Alastor comprendió la situación de inmediato y antes de poder ocultarla... Cuatro hermosas alas salieron.

Sidragraso miraba todo por la ventana y se trastabilló hacia atrás... No, no, no era posible, estuvo a punto de gritar, mas pudo más el hábito de la prudencia y se tapó la boca. Dos de ellas eran del color que más odiaba, blanco angelical ¿¡Qué mierdas hacía en la espalda de la hija de Lucifer?! ¿¡El renegado de Dios?!

Charlotte se transformó por completo, ojos rojos como la sangre, sus cuernos negros, sus lágrimas eran rojas, estaba aterrorizada, su mayor secreto expuesto a los seres que menos o no confiaba en lo absoluto ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?

Black roseWhere stories live. Discover now