Siempre fuiste tú

Capítulo <42>

Majime mordió sus uñas con desesperación casi hasta el punto de sacarse sangre—por que aun no hemos ganado—su vista recorrió el campo de batalla viendo los cuerpos sin vida de varios miembros de su clan—esa escoria no debería ni siquiera poder pararse enfrente de nosotros—

—Es debido a las armas que portan mi señora—dijo un hombre muy alto de cabello blanco que se encontraba parado unos pasos más atrás de ella—el hecho de que poseyeran ese tipo de armamento nunca travesó nuestra mente, de no ser por eso ya habríamos ganado sin embargo pronto tendremos la ventaja, el clima por esta zonas tiende a disminuir mucho por la noche, con todo el hielo que hay en la zona nuestro enemigo se alentara debido a que no está adaptado para luchar en esas condiciones...entonces ganaremos—

— ¡no importa el clima o lo que les pase debido a eso! —Grito histérica Majime—es un insulto que tengamos que recurrir a eso para vencerlos cuando obviamente somos superiores, quiero que llames a tus hermanos y lo hagas —

—tiene que entenderlo mi señora...ellos son inesperadamente fuertes y las armas que usan los están ayudando mas, pero el tiempo está con nosotros pronto anochecerá por el momento no hace falta recurrir a eso—dijo el intentando razonar con la jefe de su clan sin embargo como respuesta recibió un golpe que lo tumbo al suelo

—Tōketsu...creía a verte dado una orden—dijo Majime creando una katana de hielo oscuro y apuntando con la misma al hombre en su corazón— esto es lo que nuestro clan siempre quiso y no lo perderé solo por tu insubordinación—

—tiene razón, esta es una oportunidad única estoy seguro que mis hermanos pensaran lo mismo y estarán más que dispuestos a obedecer su orden—Majime sonrió y aparto la katana—moriré de todos modos—murmuro antes de lanzar un esfera de hielo negro al cielo una vez estuvo lo suficientemente alto esta exploto dejando atrás un polvo negro, de inmediato un hombre alto de cabello plomo muy parecido a él llego seguido de una mujer casi tan alta como ellos con el cabello corto de color negro.

—llegaron rápido así me gusta Shimo y Yuki...quiero que realicen ese Jutsu, me siento asqueada de ver que estén soportando una pelea con nosotros, su habilidad cambiara eso— dijo Majime de manera tranquila ignorando por completo como los tres se ponían tensos

Yuki se quedo de piedra rápidamente se giro hacia sus hermanos Shimo y Tōketsu esperando que alguno intentara razonar con su líder ella no quería morir—pero...Majime-sama...—Tōketsu camino hacia ella y le puso una mano en el hombro cuando Yuki se giro hacia su hermano el peli-blanco únicamente negó—debo suponer que usted será la que tendrá el control—dijo Yuki con algo de enojo en su voz, Majime ignoro el tono de su voz y simplemente asintió.

Los tres hermanos empezaron a hacer sellos de manos mientras tanto en el campo de batalla dos destellos verdes lo recorrían derribando a los enemigos que corrían con la mala suerte de ponerse enfrente de ellos, a un costado se podía ver a una mujer de cabello azul oscuro y ojos lavanda dando poderosos golpes con sus puños recubiertos de un aura morada con apariencia de león, de tras de ella se alzaba un perro de tres cabezas tacleando a los enemigos que intentaban meterse por el inexistente punto ciego de la jefe del clan Hyuga.

—Porque están tardando tanto—dijo Majime con impaciencia, los tres hermanos no respondieron y continuaron haciendo los sellos, unos segundos después los tres habían terminado y aparentemente nada había sucedido a excepción de que su piel ahora se parecía a la porcelana rota

—Esta...listo—dijo Shimo soportando el horrible dolor que le provocaba su piel rota, Majime asintió levanto la palma de su mano y con la uña de la otra la corto.

—su sacrificio no será en vano—dijo Majime mientras veía como los tres hermanos extendían su mano derecha hacia ella, la azabache cruzo su palma ensangrentada por ellas cuando la sangre lila los toco de inmediato se transformo en una especie de brea que se extendió de inmediato por los sitios en el cual su piel se había roto