Un Mal Sabor de Boca

-Luis Rodríguez

Quiero cuerpos bellos y yo mismo me muerdo el deseo, el deseo me regresa la mordida, siempre más duro. Yo no puedo ser hombre y espíritu a la vez, solo soy una bestia a veces y a veces, pocas realmente, solo vivo. Quiero cuerpos feos, pero no existen, no se encuentran a bajo de los puentes o cerca de las banquetas en los parques; no se encuentran en mi cama ni a bajo de ella; una vez, nada más, vi uno en el espejo y pareció saludarme pero me dio miedo mirarle a los ojos. Quiero mentes bellas, pero siempre me pierdo, todas parecen lucir bien si la elocuencia te atrapa con la lengua, son como los anfibios, casando los insectos que vuelan sin rumbo y con vida corta; en el agua turbia sus cuerpos no se ven, y cuando logro ver la lengua ya es demasiado tarde... el agua, en el agua no se vuela con alas, las alas solo sirven para el cielo y yo únicamente tengo alas y agua sin cielo. Quiero mentes feas, éstas no se muestran, se esconden con más habilidad que las sombras, ellas sorprenden al impasible y cuando se trata de ganar, pretenden incluso darse por muertas; estas mentes se encuentran en la sonrisa más bonita, en los ojos más hermosos y en la piel más suave.
Ya no quiero, ni deseo, ni busco; paso a paso lento sobre los disturbios del tiempo, sin escuchar los estruendos y sin alejarme, atravieso el caos con una serena caminata por su corazón. No quiero, la vida te enseña a no quererla y los días te muestran el amor que le tienen a la costumbre; no existen días sin costumbre, sin costumbre: ¿para qué días?. Recorro la irrealidad y la nada en cada segundo del no tiempo, del no espacio, del no humano, A veces el mundo me parece tan predecible que me disparo sin querer la razón; pretendo sin poder hacerlo. Al menos no creo en el mérito, eso me tiene vacío. Imagínate, monólogo tras monólogo; una bestia hablando con su jaula. Una bestia que se doma con drogas no está domada, yo sin la poesía soy solo una bestia y con ella soy una bestia dopada. Monólogo tras monólogo, yo con mi jaula, yo con la bestia, yo con el deseo de no desear nada: ni mentes bellas, ni cuerpos sucios, ni caras feas... nada... solo tengo un mal sabor de boca.