Todos tenemos secretos, todos escondemos cosas que no deseamos que nadie sepa.
Lo hacemos por varias razones; por no quedar mal o no causar lástima.
Nos lastiman y nos humillan, pero nos quedamos callados sin hacer nada al respeto.
¿Pero qué pasa...
Muchos suelen pensar que tenemos una vida de maravilla en donde todo es perfecto y somos muy felices, pero lo que no saben es que detrás de esa careta hay solo sufrimiento y dolor que tratamos de disfrazar con una sonrisa fingida.
Ese es mi caso, yo sufro, me lastiman, me humillan, me hacen de todo.. pero no digo nada porque no me gusta causar lástima, ni mucho menos que me digan que todo estará bien cuándo la verdad es que nada podrá curar éste dolor que siento.
Muchas veces he intentado ser fuerte y no dejarme pisotear y lo he hecho demasiado bien, pero después pasan cosas que me destrozan cada vez más y vuelvo a caer en la amargura del horrible sufrimiento.
La vida es muy injusta. En un momento piensas que todo está bien y que no existe nada que podría arruinar tu felicidad, pero algo, o más bien alguien, siempre se encarga de hacer de ese pensamiento solo una fantasía.
Es demasiado feo pensar qué hay algunas personas con el corazón tan frío, que son capaces de dañar a los demás sin importar por lo que ellos estén pasando y lo hacen por mil razones.
Lo hacen porqué tal vez recibieron ese ejemplo de parte de sus padres, ellos igual están sufriendo y optan por desquitarse con quién menos lo merece, o simplemente son unos idiotas sin vida propia. ¿Quién sabe?
— Amor — regresé a la realidad.. ¿cuantos minutos había estado absorta en mis pensamientos? — ¿Estás bien? — preguntó dándome un pequeño beso en los labios
— Sí, sí.. estoy bien. — no quería decirle la razón por la cuál me encontraba así, distraída
No es que no confíe en Claudio, obviamente sí, es mi novio.. pero no lo quiero preocupar, el ya ha hecho bastante por mí y no me gustaría causarle otra molestia más.
— ¿Que haces aquí? Si te ven te sacarán a patadas, Claudio, ya sabes cómo son. — al parecer a él no le importaba meterse en problemas
— No me importa, quería verte y ver cómo estabas. Solo pasaba a saludarte y recordarte que te quiero. — me regaló una dulce sonrisa, el tiene el poder de hacerme sonreír cuándo ni siquiera tengo ganas de hacerlo
— Gracias — no sé muy bien porque dije eso, pero lo sentí
— Y.. ¿por qué? — preguntó un poco dudoso
— Por todo, por estar aquí.. — aunque ahora el no pueda ayudarme y me siento realmente mal por ocultarle las cosas, el siempre ha sido un gran apoyo y se lo agradezco demasiado
— No hay de qué, sabes qué siempre estaré para vos, Emi.. Bueno, me voy porque sino me pillarán. — dejó un último beso en mis labios y salió del dormitorio
No sé qué hice para merecer a un chico como Claudio.. Yo solo soy un maldito desastre.
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