Cap 3: Campo de gracia

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Seis en punto, marco el reloj, La campana no se hizo esperar, propagandose por toda habitación y pasillo de la mansión, que ya empezaba a ser iluminada por la tenue luz solar

Mis párpados se abrieron, sintiendo mi abastecimiento de energía al tope después de una noche de sueño perfecto. Pataleé eufórica para deshacerme de las sábanas, me incorporé estirando los brazos y con alegría grité

-¡a levantarse todo el mundo!-

Mis compañeros de habitación correspondieron el llamado de distintas formas; algunos se levantaron animados, otros bostezaban aún somnolientos y varios parecían estar siendo retenidos por la comodidad de sus camas. Fuera de la habitación ya se escuchaban murmullos y risas alegres

-¡vamos el desayuno los llama!-exclamé con la intención de animar a los dormilones a levantarse

la puerta se abrió, dejando aún más audible el ruido de afuera. Sonreí al ver su cabellera verde y lentes redondos

-¡Buenos días Gilda!-

-Buenos días Emma-respondió, sonriendo al verme. Ya vestía el uniforme blanco, supuse que se había levantado antes-Don nos está esperando en el comedor-

-¡enseguida vamos!-le dije mientras ayudaba a mis hermanos infantes a alistarse, amarrandoles las trenzas de los zapatos y abotonando sus camisas

-¿no piensas cambiarte de ropa?-cuestionó la peliverde al notar que pretendía salir en pijama

-dame un momento-

Caminé rápidamente hacia el armario y observé mi silueta en el espejo, la misma de siempre; alborotada melena naranja como el sol, poco femenina debido a lo corta que era y con ese largo mechón que siempre está erguido. Grandes ojos verdes y cuerpo de baja estatura, ah si seguía así de enana Don jamás dejaría de burlarse

Deje mi aspecto de lado y abrí de una vez el armario, dando por fin con mi uniformes blanco


Al salir me encontré con más de mis hermanos y hermanas, tan temprano y ya estaban correteando por ahí. Tuve que recordarles que tenían que ir a desayunar

-bien, llegamos a tiempo-

Cuando llegamos al comedor noté que ya estaban casi todos, conversando animadamente mientras ayudaban a preparar la mesa.

Todos niños y niñas, de diferentes personalidades, edades e incluso etnia. Pese a todo eso, yo los quería como si fueran mi familia

-¡eh, chicas!-me giré encontrandome con Don, el chico más alto de la casa. En sus brazos cargaba a una pequeña sonriente de cabellera rubia peinada en coletas que abrazaba a un adorable conejo de peluche

-¡buenos días Don, Conny!-saludé animada, acercándose a ambos, siendo seguida por Gilda

-¡dígame estimado chef Don! ¿que comeremos esta mañana?-pregunté curiosa y divertida, colocando una mano en mi oreja para escuchar la respuesta del moreno

-curry de mamá-respondió, dejando en el suelo a la pequeña Conny, que corrió a reunirse con otras niñas

-¿eh? ¿de nuevo? No friegues, ya comimos eso ayer...-

-¿y que tiene? Es lo mejor de todo el menú. Tienes que comer lo que te pongan, ya no tienes 5 años-

-¡eso ya lo sé, tengo 12 al igual que Gilda y tú!-chillé molesta, logrando hacer sonreír a Don con burla-¡tú no puedes decir nada!, apuesto que fuiste a decirle a mamá que querías comer curry para no comer otra cosa¡-

🛡️🗡️🏹The heroes promises | MHA x Noragami x The Promised NeverlandWhere stories live. Discover now