"Siempre supe que regresarías"

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"Siempre supe que regresarías"- dijo el joven vestido de blanco mientras abrazaba con evidente emoción al recién llegado.

"Así es Gege, regresé"- le correspondía el joven de rojo, con igual o incluso más fuerza que el que lo abrazaba, llegando incluso a levantarlo un poco, haciendo que los pies de Xie Lian se pararan de puntas. Su alteza real podía tener los poderes del cielo y la tierra juntos, pero no se resistiría ante tal reencuentro con quién esperó por tantos meses.

"Pero tardaste, no alcanzaste a ver las flores de la primavera que planté para ti " le reclamó a modo de broma.

"La única flor que necesito ver es a usted, Dianxia"

Las palabras del joven demonio, hicieron ruborizar las mejillas de Xie Lian y una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. Se separó un poco, para volver a admirar el rostro del contrario, estaba igual que el día en que se fue, su piel pálida y suave, sus facciones hermosamente definidas, sus cabellos negros que caían desordenadamente y ese ojo que lo miraba con una intensidad inexplicable y que lo atraía más y más. Acarició su mejilla con ternura, como buscando que este no fuera un sueño más, casi sin percatarse unió esos labios con los suyos, al separarse dijo -"No vuelvas a irte nunca más".

"No lo volveré a hacer...aunque, quizás necesite otro beso para que me convenza", bromeó Hua Cheng.

"¡San Lang!!- lo reprendió en un inicio, pero luego terminó riéndose- "mejor ayúdame a traer al buey y luego entramos".

"Como usted desee, pero no me olvidaré del beso" le brindó una sonrisa ladina y en menos de lo que consume un incienso, terminaron la tarea y entraron a su "pequeña residencia".

El hombre de túnicas rojas entró detrás de su alteza real, segundos después de cerrar la puerta, lo tomó por la cintura y lo apegó a él, para luego besar el blanquecino cuello del otro, ahora libre de ataduras.

"S-San Lang..."- lo mencionó, pero no era para que detuviera su actuar, si no para voltearse a mirarlo, encontrándose así con sus labios nuevamente. Sería una escena realmente tierna de no ser porque el más alto comenzó a introducir su lengua en ese casto beso.

Xie Lian bajó su cabeza avergonzado al sentir esto, le recordó a aquella vez en la ciudad fantasma, donde tuvieron una "guerra de lenguas" al interior del santuario, Hua Cheng por su parte soltó una risita traviesa.

"Voltea, por favor" – le pidió el supremo en un susurro, su alteza real no se negó y volteó por completo para encontrarse de manera más cómoda con la boca del contrario. Iniciaron un nuevo beso, poniendo en juego a ambas lenguas, esta vez Xie Lian no se detuvo y se dejó llevar por el momento. Hasta que de pronto, las manos de Hua Cheng bajaron más allá de lo "decorosamente" permitido, lo que provocó que diera un pequeño salto y se separara un momento, su cara expresaba una extraña "sorpresa congelada".

"Dianxia, ¿está bien?" le preguntó sin quitar su mano de ese lugar, por el contrario, lo apretó un poco sin darse cuenta. A causa de esto, el joven de ropas claras dio otro pequeño saltó y habló "¡sí!, ¡estoy bien! ¡muy, muy bien! Jajajajajajaja" comenzó a reírse de manera extraña.

"Si se siente en desventaja, puede hacer lo mismo", tomó una mano del chico y la puso en su propio trasero "toque todo lo que quiera".

"..."

Nuevamente quedó en shock y solo pudo pensar "es suavecito y firme".

"¿Gege? ¿Gege?".

Si seguía así no avanzarían nada.

"Gege si no despierta me iré", como si esas palabras fueran un interruptor de encendido para el príncipe heredero, despertó de golpe exclamando "¡ni se te ocurra!" e involuntariamente apretó la parte trasera de Hua Cheng, este en respuesta dio un pequeño salto.

Siempre supe que regresarías [Hualian R-18]Onde histórias criam vida. Descubra agora