Juliana Valdés es una hermosa e intelectual arquitecta de 26 años, apasionada en todo lo que hace, amante de la vida y la naturaleza, defensora de las causas perdidas y acostumbrada a vivir bajo sus propios términos.
Valentina Carvajal es una irrev...
Juliana Valdés por primera vez en los últimos 5 años había decidido tomar un descanso de sus múltiples obligaciones laborales y aprovechar los últimos días del verano para viajar en compañía de su hermana Fernanda, quien estaba más que feliz de vivir esa aventura con su hermana mayor. Seria un viaje de 8 días para desconectar del mundo, reencontrarse con ella misma y conectar con su hermana que al final de cuentas era la persona más importante de su vida junto a su padre Sebastián Valdés.
Antes de decidir viajar consultó a Alex Argudo, su amigo y socio, si se podía hacer cargo de los proyectos abiertos en la constructora de la cual ambos eran propietarios a partes iguales desde hace unos 3 años. El chico estuvo feliz de su decisión de tomar ese merecido descanso y se comprometió a estar al frente de la empresa durante el tiempo que ella necesitase.
Una vez que tenían todo preparado emprendieron viaje con destino desconocido para Juliana ya que había delegado en manos de su hermana menor la organización de todas las vacaciones. Al llegar al aeropuerto finalmente conoció cual seria el destino de ambas, Marbella las esperaba, para ser más específicos la hermosa y exclusiva Playa de Nagueles con sus spas, hoteles y restaurantes de clase mundial.
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Después de varias horas de viaje llegaron al hotel Five Stars Golden Nagueles donde fueron recibidas por un amable botones que las asistió y acompañó hasta sus habitaciones ubicadas en el 4to piso del lujoso establecimiento, ambos cuartos eran contiguos ya que así lo habían solicitado al realizar las reservas. Al llegar agradecieron con una simpática sonrisa al chico y le dieron una propina como recompensa por la ayuda brindada.
Al estar formalmente instaladas, decidieron tomar una ducha en sus respectivas habitaciones y descansar un par de horas para luego bajar a uno de los restaurantes del hotel a comer y planear el itinerario del día.
Como era de esperarse, Fernanda anhelaba que fuera un viaje de aventuras y desenfreno, pero Juliana solo quería dormir, descansar y disfrutar del sol en total tranquilidad. Por esta razón, era obvio que durante las mañanas y las tardes pasarían mucho tiempo juntas, pero por las noches cada una iría a su propio ritmo.
Habían pasado varios días desde que las hermanas Valdés disfrutaban de sus vacaciones en Marbella y definitivamente Juliana había aprovechado esos días de descanso al máximo. Se encontraba completamente renovada y reluciente gracias a los masajes relajantes en el spa, la rica comida, las rutinas de belleza y las prácticas de yoga.
Esa mañana de sábado Juliana decidió ir a la Playa a broncearse un poco dejando a su hermana descansar de la agitada noche que habían vivido el día anterior que salieron de copas a la exclusiva discoteca "Rude", lugar en el que bailaron y se divirtieron al máximo mientras eran el centro de las miradas de gran parte de los caballeros presentes en el lugar.
Al llegar a la orilla de la playa la hermosa morena se retiró el vestido que llevaba encima, quedándose así en un fabuloso bikini de dos piezas en color turquesa que dejaba ver gran parte de los atributos por los cuales muchos hombres caían rendidos a sus pies.
