serendipia; inotan mpreg

tranquilidad.

Risas se escuchaban por toda la sala, eran un par de risas suaves, pero llenas de cariño. Risas las cuales provenían de dos individuos; Inosuke Hashibira y Tanjiro Kamado, quienes vivían en un tranquilo y acogedor nidito de amor.

Inosuke continuaba agachado amarrando los cordones de los zapatos de Tanjiro, ya que al pobre chico le costaba demasiado trabajo agacharse, oh, pero su esposo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ver esa linda sonrisa siempre en su rostro.

—Ya te he dicho que no debes molestarte en hacer esto, Inosuke—. Tanjiro murmuró, lo suficientemente alto para que su esposo lo escuchase, claro está.

—Hey, hey, yo me ofrecí a esto cuando me casé contigo, ¿lo recuerdas?—. Terminó de amarrar los cordones ajenos y ahora se incorporaba lentamente, haciendo que Tanjiro continuara riendo, ya que el de mechones azules había parado justamente en su "área sensible". —Me ofrecí a cuidarte, amarte y hacerte sentir lo más feliz posible—.

—¡Inosuke, para!—. Dijo entre ligeras risas y con sus mejillas rojas, sintiendo el rostro de su contrario estar recargado en la curvatura de su hinchado estómago. —Está algo tranquilo, no quiero que se despierte por lo mucho que estás estimulándolo—. Y claro, estaba hablando ahora por el pequeño bebé que yacía dentro de él, en un calientito y acogedor lugar.

—Tanjiro —. Con cuidado, murmura en su lugar aún teniendo su barbilla recargada en aquel abultado lugar. —Estás esperando a mi hijo—.

—Uhm...si, tú ayudaste en esto— . El pelirrojo responde mientras acariciaba el cabello de su esposo.

—Estás esperando a mi hijo, Tanjiro —. Volvió a repetir aquello aunque de otra manera, su pareja lo miraba algo extrañado, pero siempre manteniendo esa cálida sonrisa que él tanto amaba.

—Si, eso ya lo sabíamos los dos, Inosuke—. Ahora el chico ríe entre dientes. —Incluso te enteraste antes que yo, me arrebataste la prueba de las manos antes de que pudiéramos ver el resultado juntos—.

—Bueno, que haya estado emocionado creo que es una buena justificación, cielo —. Menciona Inosuke entre risas aún estando a la altura del abdomen del pelirrojo antes de besar la zona, recargando una de sus mejillas ahí mismo. —Hola bebé, soy tu papá, ¿me escuchas?—. Sonrío recargando su frente en el vientre del chico.

—Quizás te escuche, pero aún no quiere dar señales de que realmente lo hace—. Le respondió esbozando una sonrisa, viendo como su esposo asentía enérgicamente con la cabeza. —Por cierto, aún deberíamos ir pensando en cómo arreglar el cuarto del bebé—. Suspiró frotando aquella hinchada zona.

—Aunque no sepamos aún lo que es, deberíamos ir comprando todo, tienes razón—. El de mechones azulados de igual forma, comienza a suspirar, sonriendo de vez en cuando.—Qué estoy diciendo, claro que sabemos lo que es—. Y aquello despertaba la duda dentro de Tanjiro, quien le miró extrañado sin decir palabra alguna.

Inosuke ahora estaba hablando acercándose a él para agacharse y quedar frente a frente con el vientre de su amado—Será un precioso y perfecto bebé, tan bonito cómo tú, un bebé que crecerá lleno de amor—. Afirma mientras recargaba su oreja con delicadeza en aquella zona—¿No es así, mi pequeña bestia?—. Preguntó como si le pudiera contestar.

—Amor...harás que comience a llorar, y tú mejor que nadie sabes que será difícil pararme aunque yo quiera hacerlo—. Esbozó una sonrisa mirando a su esposo, acarició su cabello antes de que levantara su rostro, causando que besara sus labios en una manera corta pero amorosa.