Capítulo 115

20 5 0
                                    

El día a día de un adolescente descerebrado no es nada sencillo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El día a día de un adolescente descerebrado no es nada sencillo. Frank Giraud se levantaba alrededor de las ocho o nueve de la mañana y comenzaba a hojear un sinnúmero de volúmenes sobre Derecho, tratando de encontrar en ellos el respaldo necesario para sus teorías. Un vaso de refresco de cola lo mantenía alerta; siempre mostróse reacio a cualquier infusión que tiñera su taza de un color más oscuro, argumentando que jamás probaría agua contaminada.

—El refresco, en cierto punto, está hecho de agua —fue lo primero que le remarqué, ni bien oí su absurda teoría.

—De agua carbonatada —repuso él, replegándose.

—Lo que acabas de decir no tiene sentido —retruqué.

—Lo sé, pero sabes muy bien que un perro jamás muerde la mano que le da de comer.

—¿Estás amenazándome?

—Tómatelo como quieras —fue su única contestación.

Aquella era sólo una de las múltiples disputas que hacían el día a día del caprichoso jovenzuelo.

A continuación, llegaba el momento de consultar las notificaciones de sus redes sociales, sembrando el pánico entre sus seguidores anunciando un apocalipsis teórico que jamás ocurriría y concretando entrevistas con periódicos a escala mundial. Justo ese día tenía acordada una ronda de preguntas para la BBC de Londres. Sus ideas corrían como un reguero de pólvora en paralelo con las de Themma y su séquito.

Antes de partir hacia el móvil en donde daría una nota, me dejó un ordenador, con el que podría observar todos y cada uno de los movimientos que mi clon realizaba por las calles de la ciudad. Justo en aquel momento, se estaba deteniendo en una famosa florería neoyorquina. ¿Cómo diablos llegó allí en menos de dos horas? Según los monitoreos recientes y su propia cámara de seguridad, no se había puesto en marcha hasta pasadas las siete de la mañana. Supuse que Helling habría logrado la teletransportación de sus clones; mas yo aún era incapaz de comprender cuáles eran sus planes, si es que los tenía.

—¡¿Qué haces allí?! —el rostro de Frank ardía.

—¿No se supone que usted debería estar camino a su entrevista? Desde su posición actual hasta el móvil hay treinta y siete minutos a pie, contando los semáforos en los que se detendrá, el estado del tráfico actual y cualquier altercado que pueda llegar a tener durante su camino —informó el clon, preocupado.

—Y se supone también que tú no deberías haberte materializado en otra ciudad. ¿Estás demente? —la discusión consumía el tiempo de Frank y nada más parecía importarle, ni siquiera su cita con el periodista.

THEMMA © [COMPLETA]Where stories live. Discover now