Capítulo 2

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   Me desperte por la bulla de los pájaros

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   Me desperte por la bulla de los pájaros...

   -¡SILENCIO!.- grite.
Apareció un silencio agradable.

   Mi padre no estaba. No era la gran cosa, pues él salia varios días a trabajar al extranjero, y mandaba el dinero en un sobre, también venía una carta.

   Como no era de esperarse había un sobre abajo de la puerta principal.

   Observe un sobre. Obvío era de mi padre. La abrí. Gracias regalo de cumpleaños. Sabía las monedas de casi todos los países. En mi decimo cumpleaños mi padre me regalo un libro sobre las monedas del mundo, sin que nadie lo supiera. Solo nosotros sabíamos.

   -¿Ahora que hago?.- susurré.

   No sabía si había una tienda de viveres cerca.

   Leí la carta. Solo algunas recomendaciones sobre como gastar el dinero. A también en donde podría gastarla.

   Muy bien.

   Me dirigí a la puerta principal para salir de "mi nueva casa".

   Fui por el camino que me dijo en la carta. Ahí escribía que debía seguír el camino a mi izquierda de frente, y que no parará hasta llegar al primer pueblo que vea.

   Al llegar al pueblo, me sentía un poco incomoda al ser nueva por esos rumbos.

   Observe varios puestos. Al único al que me dirigía era en donde venden viveres.

   -Buenos días.- hice una reverencia como me indico mi padre.

   -Buenos días, ¿Qué desea comprar?.- me dijo.

   Yo le entrege una lista inmensamente larga. La señora de la tienda parecía en shock. Y le entrege la plata, obvío que después que me entregara lo pedido en la lista.

   -Que tenga un buen día.

   -Gracias, usted también.- le dije a la señora de la tienda.

   Muy amable la señora de la tienda. Había comprado los viveres suficientes para 3 meses–también me quedaba un poco de dinero–; pero, no alcanzaría ni para 3 meses, a causa de mi gran apetito.

   -¡Pesan!.- susurré.

   -¿Necesitas ayuda?.- me preguntó.

   -No gracias yo puedo sola.- le respondí.

   No quería decirle que sí ya que tenía la sospecha de que era un pervertido.

   -No aceptare un "no" como respuesta.- agarró algunas de mis compras.- Deja que te ayude, bueno.

   -Mmm...- lo mire con desconfianza.- Bien...

   Caminabamos por el camino de tierra rumbo a "mi casa". Había un silencio entre nosotros dos. Hasta que el tipo decidió iniciar una conversación.

   -Hace un buen viento aquí, ¿verdad?.- me preguntó.

   No esta tratando quiere decir ¿Hace un buen clima?. Ya que importa.

   -Sí...- le respondí con desánimo.

   -¿Cómo se siente vivir en una casa embrujada?.- me preguntó.

   -¿Qué?.- me sorprendí.

   Una casa embrujada. ¿Cómo es eso posible?. Solo son mitos, rumores, leyendas; algo simple para llamar la atención de las personas.

   -¡Sí, una casa embrujada!.- lo dijo con voz de burla y a la vez tenebrosa.

   -Mentira...- susurré. Aunque creo que me logro escuchar.

   -No son mentiras. ¿Sabes por qué es la única casa en la montaña?.- me sonrío macabramente.

   -Es la única casa...- intente que mi voz no suene temblorosa.

   -Sí.- me respondió. -Dicen que en las noches en el bosque de la montaña donde tu vives, se llena de espeluznantes criaturas, que esperan a sus víctimas pasientemente mientras pasean por ahí.- me dijo con voz seria.

   Son mentiras. Sí mentiras. Puras mentiras. Si no existen los moustros claramente. Si. Si... Si...
¿Y si enrealidad existen? No solo es para llamar la atención. No te trages las mentiras de este desconocido.

   -Bueno, creo que aquí nos despedimos.- me dijo.

   -Si.- le respondí, mientras me estaba entregando mis compras.

   -Adivino a que no te atreverías a pasear por el bosque... De noche. Adivino que eres una chica de su casa, algo haci como las demás del pueblo.- me lo dijo con tono... Burloso.

   ¿Las demás? ¡¿Las demás?!. Ese desconocido es un creído. Me da ganas de tirarle un millón de golpes, y luego más, y después más, hasta que aprenda a que no me debe comparar. No me gusta que me comparen con alguien más. Cada uno tiene sus preferencias.

   -Ja ja muy gracioso.- le dije con desánimo.

   -Yo eh entrado varias veces a ese bosque, y no me paso nada.

   -¿Así? Pues entrate de nuevo. Para que te coman las criaturas, las que tanto hablas.- le dije burlandome.

   -Adivino a que tú ni siquiera haz puesto un pie en ese bosque.- me dijo mirandome desafiante.

   -¿Me estás desafiando?.- le pregunte irónica.

   -Sí. Ni-ñi-ta.- me respondío.

   -El quien lo dija lo es. Entonces tú eres la niñita.- le mostre la lengua.

   -Como digas...- miró a otra parte.- Adiós.- se despidió.

   -Adiós.- respondí.

   Cuando estaba apunto de entrar a mi "casa", alguien me agarró de la muñeca derecha y la beso.

   -Mi nombre es Hayate.- me dijo envolviendo sus manos con la mía.-Que no se te olvide.- me guiño un ojo.

   Que se cree este pervertido.

   -Entonces callate la boca y vete de aquí.- le dije.

   -Esta bien.

   Hayate se despidió con su mano derecha cuando estuvo un poco lejos de mi "casa".

   Cuando se fue me metí en mi "casa" con las compras. Después las guarde. Y me dispuse a prepararme mi comida para luego dormir.

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Soy Somudow, y hasta la próxima!.

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