Ti scatterò una foto. (CAMREN)

Prólogo

Lauren Jauregui intentó ocultar la emoción casi indescriptible que le provocaba todo lo que estaba ocurriendo. Sus manos temblaron ocultas en los bolsillos del pantalón de seda opaca que hacia juego con la caprichosa y oscura noche.

Quiso poder articular alguna palabra pero el nudo que se había formado en su garganta pareció ser a un más pesado contra la gravedad.

Tuvieron que pasar semanas para que ella pudiera afrontar lo que realmente estaba por ocurrir.

Quizás siga siendo mentira.

Pero todo aquello era tan real, tan real como todas las personas que se encontraban emocionadas esperando el preciso momento que estaba por celebrarse tal y como correspondía.

Sus pies nerviosos volvieron a recorrer la pequeña habitación donde de todos modos se podía escuchar la música del otro lado de la pared.

En el preciso momento en que aquella chica de ojos marrones entró en el lugar Lauren sintió cómo su respiración se le cortaba.

- Lau... Lauren. – Susurró.

Fascinada por el más dulce encanto de aquella voz la nombrada se acercó para acortar la distancia entre ambas.

- Estás... Estás preciosa... - Se le quebró la voz. – No tienes idea cuánto...

Camila negó con la cabeza para luego inclinar su rostro.

- No llores... - Suplicó la más alta. – Por favor...

Sus propias manos limpiaron la cortina de lágrimas que cubría sus ojos.

- Lauren... - Sollozó. – Yo...

- No... - Lauren le sujetó una de sus manos. – No...

Ambas se mantuvieron en silencio. El maquillaje de Camila resistió por poco las lágrimas que rodaron por el rostro de la morena.

- Dudé de que...

- Lo sé. – Le interrumpió. – Pero ya ves.

Sus dedos acariciaron el dorso tibio de la mano de Camila.

- Ya es hora... - Dijo con tono marcado.

La irregularidad de su respiración le hizo sentirse más nerviosa bajo la atenta mirada de quien aun no soltaba su mano.

- Lo siento mucho Lauren... Yo...

- No. – Le sujetó con fuerza. – No...

Camila acortó aún más la distancia hasta dejar su rostro casi pegado al de ella. No perdió ningún segundo más y sus labios se pegaron aquellos que había besado más de mil veces. Abrazó a la morena por la cintura olvidando por un momento que alguien podría entrar por aquella puerta y dejar todo al descubierto.

- Venga... Debes ir...

Lauren volvió a detallar el hermoso y radiante vestido de novia que cubría la bronceada piel de Camila Cabello. Llevaba un ostentoso ramo de rosas rojas, flores que ella misma sabía, que la morena odiaba.

- Te veré pronto...

- ¿Te quedarás?

- Tengo. – Sonrió de lado. – Ha sido la escusa del viaje, si no me quedo, será demasiado obvio...

- ¿Dónde te estás alojando?

- Camila... No lo hagas más difícil...

- Necesito...

- ¡No! – Alzó la voz. – Estás loca... Edward es capaz de matarme y lo sabes.

- Oh Lauren...

El sonido de la puerta abriéndose le hizo alejarse un par de pasos de Camila quien intentó ocultar su pánico al ver cómo Allyson Broke le dirigió una nerviosa sonrisa.

- ¿Lista? – Le preguntó la dama de honor de la boda. – Creo que ya es suficiente tiempo de espera... Además tus padres están tan desesperados como yo.

- Vale... Vale... - Respondió Camila.

Retocando el sofisticado velo de novia de la morena ambas amigas intercambiaron un par de palabras de Lauren no logró descifrar del todo, sin embargo, con aquello comprendió que su momento de complicidad con Camila había llegado a su fin.

- Bueno... Os deseo lo mejor. – Sonrió forzadamente. – Nos veremos en el cóctel.

Cuando volvió a encontrarse sola Lauren se llevó ambas manos al rostro intentando sofocar el violento llanto que amenazaba con quebrarle finalmente el corazón.

A la distancia pudo observar cómo la ceremonia iniciaba con la triunfal entrada de Camila Cabello.

Quizás siga siendo mentira.

Se volvió a repetir. Pero no lo era. Lo había sabido meses atrás cuando leyó por días la delicada e inesperada invitación de matrimonio que le extendieron Edward Foerster y Camila Cabello.

Quizás siga siendo mentira.

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Y sólo queda escribir.

Saludos y cariños.