CAPITULO 2.

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Caminamos tan solo un par de cuadras mas, sin ninguna alma que acudiera en mi auxilio. Debía permanecer fuerte en todo momento, pero no podía con la angustia aquel hombre desconocido no me miraba ni decía una sola palabra que advirtiese sobre mi destino esa noche.
Solo me sujetaba fuertemente pasando su brazo detrás de i hombro simulando un abraso amistoso, y me pegaba más a su cuerpo lo cual me sofocaba.

En un momento de tensión cuando casi perdía los estribos guiada por mis reacciones naturales casi estallando en llanto de desesperación logre articular palabra: — ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué quieres de mí?! Si lo que busca es dinero yo… —me detuve— y pensé; “si este hombre lo que busca es dinero y se entera de que incluso soy más pobre que él, me matara. Pero cuando llame a mis padres pidiendo por mi rescate y ellos no puedan pagarlo, también me matara. ¿Qué debo hacer? En mis manos esta alargar solo un poco más de tiempo, mi vida”

—Tranquila muñeca —hablo una voz profunda— no es dinero lo que busco. Me pego más a su cuerpo. 
Al llegar a un cruce de un automóvil negro, bajo un tipo dirigiéndose a nosotros, entonces mis reacciones cambiaron para tornarse violentas y desesperadas. Mientras caminábamos intentaba regresar, pero el hombre era fuerte y me lo hiso saber con cada jalón y apretón daba, pero no cedí y seguí intentando zafarme de su agarre inútilmente. Ni siquiera pude recordar que me mantenía amenazada con aquella navaja la cual jamás uso.
El hombre se apresuro a llegar a su rescate para que entre los dos me tomaran y metieran al auto.
Patadas, golpes bajos volaron de parte de mi, pero nada resulto 2 contra una jamás podría vencerlos.

Jamás me rendiría incluso dentro del auto seguía resistiéndome a que ellos me sometieran, me había debilitado pero continuaba luchando, hasta que uno de ellos tapo mi nariz y boca con un pañuelo del cual se desprendía un olor entorpecedor que hiso debilitarme por completo y callera inconsciente.

— ¿estás segura que es ella? —Cuestiono— el hombre llevaba en sus piernas a Tn__
—la estuve vigilando por meses claro que es ella. —una voz profunda hablo— mientras acariciaba su cabello.
—es bonita, pero muy joven diría que es una niña. ¿Por qué el jefe esta tan obsesionado con las niñas? —el sujeto que iba a un lado de Tn__ hablo, en tono sarcástico.
—ya sabes su amor por las vírgenes. —ambos rieron—
—o es solo que ¿te gusta ejercer el poder sobre ellas? —rieron—
— ¡cállense par de idiotas! —Expreso molesto, mientras conducía— no soy un anciano degenerado.
—perdón, pero a juzgar por tu experiencia te calculo mínimo 50 años de edad. 
—aun no entiendo ¿Por qué hacemos esto? —cuestiono, mientras apartaba las manos de Jimin del cabello de Tn__ Si tanto la deseabas ¿por qué no usaste el método común? ¿Por qué este? —Expreso—
— ¡no me cuestiones suga! Y si lo haces es, por que te conviene. ¡No la toques! —ordeno disgustado, al mirar que suga ponía sus pálidas manso sobre el rostro de la aun inconsciente niña.
— ¡está bien! —Replico— levantando sus manos.

Comenzaba a despertar, me sentía mareada y con mucha sed, no tenia recuerdos sobre lo sucedido la noche anterior. Y las únicas palabras que pude articular fueron: 
— ¿mama?
—mama no está aquí muñeca. Una voz grave y profunda respondió acercándose en exceso a mí, aun me encontraba adormilada. Sentí un roce en mis labios que lleno mi interior de extraños cosquilleos, respire un aroma varonil que poco a poco me llenaba de temor y fue así que empecé a recordar y a despertar.
El miedo llego a mí, como un balde de agua helada, que hiso esfumar toda la somnolencia que experimentaba segundos antes.
— ¿¡Quién eres tú!? ¿¡Por que estoy aquí!? —cuestione—mostrando mi desesperación y temor.

Me encontraba en una habitación amplia iluminada por los fulgurantes rayos de sol que traspasaban tras una ventana., llena de cuadros con decoración bizarra. Dormía en una cama muy grande con las sabanas blancas y muy suaves, del techo colgaba un gran candelero que parecía aplastarme ne cualquier momento.
Ante la ventana con vista a lo que parecía ser un bosque se encontraba parado un hombre con las manos en los bolsillos del pantalón negro que portaba, pude distinguir mejor sus rasgos nariz afilada, labios delgados y rosados, ojos profundos color avellana y su cabello era de un tono naranja. Se volvió hacia mi ignorando mis preguntas y mi frustración:

—tranquila muñeca. Todo estará bien… si tu lo quieres así. ¿Dormiste bien? Estabas algo escandalosa así que mis amigos tuvieron que encargarse de hacerte descansar. ¡Pudiste desgarrarte la garganta! —dijo— admirándose sus reacciones me llenaban de absoluto temor.

— ¿Por qué me tienes aquí? —cuestione estallando en llanto. ¡Quiero regresar a mi casa! ¿Con mi familia!
—Desde hoy, esta —miro a su alrededor. Será tu casa, y yo, tu familia —sonrió sínico. Como si todo mi dolor no le causara un poco de piedad.

¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué aquel tipo viviendo como vivía, solicitaba de mi presencia? Este tipo estaba completamente loco.

Tengo que amarte. (ADAPTADA)Where stories live. Discover now