Después de leer la carta, aquel pedazo de papel se arrugo entre mis manos, no me importo lo lance lejos de mí y llore, llore como nunca antes lo había hecho, sentía impotencia, dolor.
Cómo?...
"Cómo pudiste dejarme?" pregunte con lágrimas en los ojos.
Caí en cuenta de nuevo que todo esto no era más que obra del destino, del maldito destino.
Me levante y me cubrí la boca para evitar el llanto, no quería llorar más, no quería seguir así, pero parecía una tarea imposible, cada vez que pensaba en Yoongi me dolía el pecho, entraba en mi la desesperación y la impotencia por no poder recuperarlo.
"Yoongi!!" grite y llore su nombre, tantas veces que mi garganta se lastimaba
Ese día me quede en la habitación donde tantas veces baile y reí junto a él, donde los recueros se anidaron, donde le entregue mi vida, mi amor y tomo mi ser al hombre que más ame en la tierra.
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La vida es dura, tal vez difícil de comprender algunas veces, pero aprendí después de mucho tiempo a seguir adelante, aprendí que el mundo no se detendría que los días pasarían y que yo tenía que avanzar, y que avanzar no significa olvidar o dejar en el paso todo lo vivido al contrario es recordar y sonreír porque tuve la dicha de conocer a alguien tan especial como Yoongi.
Es el tercer aniversario desde que el murió, aun sonrió tristemente al recordar cuando Yoongi estuvo conmigo días después de que no supe nada de él, para mí fue real estoy segura de que Yoongi se quedó conmigo esos días.
"Un año más Yoongi" dije tocando la fría piedra de que estaba hecha la lápida "Y para mi parecieran muchos más años" dije tratando de sostener el llanto "Te extraño Min"
Deje el pequeño ramo de flores que me acompaño hasta el cementerio, me asegure de dejarlo delante de su lapida para después alejarme.
Los días sin Yoongi se habían vuelto monótonos, tenía un trabajo, sitas en el hospital y nada más, cada noche rogaba por soñar con él, pero jamás paso, desde su partida no había soñado ni una sola vez con él, es por eso que cada mañana me aseguraba de echar le un vistazo a su retrato que se posaba sobre mi pequeño buro.
Un día como cualquier otro llegue un poco tarde a casa, me asegure de tomar mi medicamento y después de una ducha me fui a dormir.
"Yoongi..."
Yoongi apenas me sonrió, su mano se mantenía sobando mi cabello con gentileza y su mirada se posaba sobre mis ojos somnolientos.
"Estas aquí" dije con una amplia sonrisa.
Yoongi me dio su singular sonrisa y me atrajo hacia él para abrazarme "Siempre he estado aquí" dijo con una dulce voz "No lo olvides"
Su último comentario me trajo a la realidad, no era más que un sueño, cuando quise lazar mi rostro para buscarlo su figura había desaparecido, ya no estaba.
