5: Primer Amor.

319 40 40
                                    

Sin perder una parte de mí ¿cómo llego al cielo?

Jack no tenía un sueño pesado, él realmente no dormía mucho así que no fue sorpresa que se despertara antes que Peter y se dedicara a ver la cama sobre él mientras el sol iba saliendo en el horizonte creando sombras en la habitación; parecía como si la noche hubiera sido un sueño y con la luz del amanecer todo se desdibujara creando la realidad de la que tanto se había esmerado en escapar.

Jack suspiró y ladeó ligeramente la cabeza encontrando al castaño dormido profundamente con todo el cabello desordenado y la boca ligeramente entreabierta. Jack sonrió con alegría al verlo ahí recostado sin una pantalla de por medio, al ver su brillo dorado emanar de él como algo casi mágico. Sabía que aquel sería el último día en donde estarían juntos, donde podría mirarlo a los ojos y peinarle el cabello, el último día donde Peter podría tomarlo de la mano y Jack se sentía inquieto ante ese pensamiento.

Una parte de él quería quedarse, realmente lo haría si Peter se lo pedía sin importar que su vida, su familia estuviera en Kansas. Jack aún se sentía confundido al respecto de sus sentimientos, aún sentía que eran demasiados como para pertenecerle y tan confusos cambiando continuamente que era imposible asimilarlos; se sentía asustado de lo que sentía porque nadie le había advertido de eso, nadie le había dicho que su corazón latiría rápido y su estómago se sentiría pesado por una persona.

En realidad Jack era criado con la ideología de que si no se controlaba sería peligroso, siempre encerrado en una pequeña burbuja metafórica donde si se atrevía a reventarla cosas malas iban a pasar. Dean dijo que era un monstruo y, aunque ya no lo trataba como tal, aquel pensamiento seguía martillando en su cabeza como una constante, como un eco que hacía que cada decisión fuera pensada con detenimiento antes de ser ejecutada.

Miró fijamente la cama sobre él y respiró profundamente como si así fuera a deshacerse de lo que sentía por Peter, ¿acaso eso era malo? ¿Lo que sentía era un error? ¿Alguien como él merecía sentir tanto? ¿No sería catastrófico? ¿Lastimaría a Peter? Su cabeza no dejaba de martillar con miles de preguntas mientras se imaginaba la reacción de los Winchester cuando les dijera lo que sentía por Peter en un intento de darle nombre.

Jack siempre supo que él no podía permitirse ciertas cosas por su naturaleza pero cuando conoció a Peter por internet aquello dejó de importar porque no tenía que estar pensando constantemente si lo que hacía era bueno o malo, Peter hacía que todo fuera bueno y Jack sólo lo dejaba ser, como un barco navegando sin rumbo hasta llegar a algún lado.

Cerró los ojos con fuerza y comenzó a contar como Sam le había enseñado a hacer cuando comenzaba a abrumarse.

Uno; Peter se removió a su lado hasta que recargó la cabeza en su pecho y se abrazó a él.

Dos; sintió su corazón saltarse un latido mientras sus labios temblaban, temeroso de lo que fuera a pasar cuando se fuera.

Tres; el rostro de sus padres decepcionados porque hizo lo que no debía.

Cuatro; la forma en la que Peter parecía encajar con él.

Su gracia comenzó a bullir mientras Jack seguía contando en un intento de calmarse, temeroso de arruinar ese pequeño momento de paz que tenía, ese último momento donde podía aferrarse a una vida que no era la suya, donde podía pretender que era un chico como cualquier otro que tenía sentimientos y que podía estar ahí recostado con alguien más.

Cuando llegó a quince su corazón se calmó y Peter despertó haciendo que Jack aparentara estar tan bien como se podría imaginar en un día como aquel. No hablaron en seguida, los dos se colocaron de costado y se contemplaron antes de volver a ver una pantalla entre ambos. Jack pasó sus ojos por todo el rostro de Peter memorizando esa sensación de poder alzar la mano y tocarlo, se recordó que su cabello era suave y su piel cálida, que sus ojos se llenaban de motas de luz cuando le miraba y cuando sonreía era hermoso.

Bite.Where stories live. Discover now