Exilio

25

Te atreves a abrazar a otro hombre frente a mí", se quejó Jiang Mao.

Su Qingbai lo miró fijamente, sintiéndose increíble. Él le señaló: “¿Todavía tienes la cara para decirme eso? JIANG! ¡MAO!

Al escucharlo gritar su nombre, Jiang Mao supo que era demasiado tarde para esconderse.

Pensando en esto, no le gustó ese Zhang Su por un momento. Era de naturaleza diferente decirlo por propia iniciativa que ser desacreditado por otros.

Había planeado ser honesto, pero no esperaba ser expuesto por Zhang Su hasta la mitad.

Con esto en mente, luciendo como una esposa recién casada, Jiang Mao se acercó a Su Qingbai y miró hacia abajo. "Te iba a decir ayer, pero no viniste ..."

Su Qingbai no se relajó debido a su comentario. Jiang Mao dijo impotente: “Mira, no es que no lo diga. Me ignorarás si lo sabes. ¿Dónde me atrevo a decirlo?

Eso es lo que dijo Jiang Mao, pero cuando lo pensó, aún dio su identidad, antecedentes familiares y finalmente agregó: “Esa prima mía, no la he visto antes y no sé cómo salió el rumor. "

“¡Tut-tut-tut!” Su Qingbai estaba goteando de sarcasmo, “¿Esa prima mía? Pero dirigirse a ella muy íntimamente.

Jiang Mao se llevó la mano a la frente. Realmente lo ofendió (QB).

A pesar de esto, la actitud de Su Qingbai había disminuido un poco. Aunque todavía no había perdido los estribos, aún recordaba algunas cosas. "¿Qué pasa cuando dices que alguien te persigue?"

"No puedo entender específicamente quién es, pero deben ser esos fugitivos hermanos míos".

Su Qingbai estaba un poco nervioso y enojado. “Alguien te persigue, y tú vas al mercado de verduras conmigo todos los días para vender verduras, donde la gente va y viene. Si…"

Jiang Mao sonrió y estiró la mano debajo de su axila para agarrar la cintura de Su Qingbai, lo sostuvo cara a cara, juntó todo su cuerpo y luego apoyó la barbilla en el hombro de Su Qingbai. “Puedes estar seguro, estaré bien”. Mirando las abultadas mejillas de Su Qingbai y aún mirándolo con los ojos redondos, Jiang Mao explicó: “Me están buscando, así que no mirarán el mercado de verduras. "

A Jiang Mao no le importaba por el momento. Lo que le importaba era: "¿Estás preocupado por mí?"

Cuando se enteró de que Jiang Mao estaba bien, Su Qingbai era demasiado vago para prestarle atención. No negó ni respondió lo que Jiang Mao le había preguntado. Simplemente lo miró de reojo, pensando que este hombre no era del todo honesto, por lo que necesitaba observarlo más.

De alguna manera, después de un mediodía, Su Qingbai ahora estaba al mando de Jiang Mao particularmente en confianza, del tipo que no teme deberle.

Su Qingbai se negó a reconocerlo. Debido a que Jiang Mao explicó los detalles claramente, sintió que el hombre realmente no podía quedarse sin su palma, por lo que tuvo el coraje.

Dirigido por Su Qingbai para cocinar, Jiang Mao todavía estaba mareado, se volvió aún más feliz.

Su Qingbai miró a Jiang Mao y se preguntó si era su ilusión. Había pensado que Jiang Mao era tonto hoy.

El hombre herido pronto se despertó cuando llegaron a entregarle a Zhang Su sus comidas con loncheras.

Zhang Su presentó al hombre, "Este es Xu Qian".

Cuando Su Qingbai lo escuchó, se adelantó, tocó el cabello desordenado y lo miró. Eso era cierto.

No es de extrañar que solo pareciera familiar.