Capítulo 2: La calma antes de la tormenta

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Ella se puso el delantal como cada día, se hizo el nudo detrás de la espalda con delicadeza, una cola para evitar mechones en la cara, fue sacando los pastelitos para ese día y una vez abierta la tienda empezó a preparar los pasteles que iban a necesitar, pero ese día no se podía concentrar, si cerraba los ojos un momento podía sentir el calor que emanaba él, cuandoa lguien entraba miraba ávida esperando que fuera él.

- Estás en las nubes eh? -le dijo su compañera en un descanso

- Ayer estuvo Hugo aquí...

- Como cada día no? No se que le ha dado por venir aquí, con la de sitios que hay...

Era verdad, porque él había escogido ese lugar tan discreto? Un actor como él podía permitirse ir a lugares más exclusivos, seguro que era de los que el café se lo traían de a saber donde recolectado a mano y demás cosas que encarecían demasiado el producto para venderlo al público.


- Y como fue? -preguntó con rintintín su compañera

- Oh un día raro, no entró nadie durante horas...

- Me refería a Hugo!

- Ah claro! Ay es muy agradable, nada soberbio eh? Si muy... muy majo, eso.

- Ten cuidado, los chicos como él se cansan de las chicas enseguida y tu tienes más que perder...


Cuando entró en la cafetería vio a Val hablando con su compañera, intuyó que hablaban de él porque enseguida cada una de ellas se puso con su trabajo, saludó a Mónica como cada día y pidió su café y su pastelito, de forma amable le dijo que había notado su falta el día anterior, bromeó con la poca pericia de Valeria con la máquina de café... alargaba la conversación con la esperanza de que ella se uniera, de que pudieran excluir a Mónica de la conversación y volver a ser solo ellos dos durante horas, como el día anterior, pero ella parecía demasiado concentrada en sus pasteles, así pues se sentó en una mesa como siempre y la espera resultó tener un final feliz.

- Oye Mónica se me han acabado las manzanas, voy a ir al super a comprar unas sino te importa -le dijo Val a su compañera

- Si vale, ves tranquila.


Ese era su momento, se acabó el café de un sorbo y salió detrás de ella.


- Eh Val! Espera! Te acompaño...

- Claro si, si quieres -dijo ella escondiendo sus manos en el bolsillo de sus pantalones

-Ayer lo pasé muy bien -dijo intentando romper el hielo que parecía haberse instalado en ella


Y así, con esa frase tan sencilla, él consiguió desarmarla de nuevo... o quizás ella se cogía a una tabla para salvarse, si le hubiera dicho que hacía calor también la habría desarmado, esa voz tan melódica que la hipnotizaba; compraron los limones y se sentaron en un pequeño parque a comer unas fresas que ella había comprado, y de nuevo apareció esa sensación de serenidad que ella le traía a él, un remanso de paz en medio de la gran ciudad, su lugar favorito del mundo, eso era ella para él: la paz... Y pronto descubrió que la paz siempre pende de un hilo, de la manera más cruel.


- Oye yo tengo que decirte algo, Mónica cree que estás interesado en mi pero yo... -empezó a decir ella, pero el rayo que anunciaba la tormenta apareció de repente

- Hola mi amor -dijo un hombre besando a Val por detrás, un beso casto en la mejilla- que casualidad encontrarte aquí


Y sus ojos solo parecieron ver un detalle, todo el mundo parecía oscurecerse para dejar paso al brillo de un anillo en el anular, estaba casada? Con ese tipo? Porque ella no llevaba anillo? Como podía haber sido tan estúpido de pensar que Val estaba en su destino?  

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⏰ Last updated: Jan 14, 2020 ⏰

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