Capitulo 5: "Una agradable cena en la casa Deacon".

129 4 3
                                    

Chucha, se me olvidó. melissa ya terminó la universidad y anda trabajando :))) y los deacon no tienen hijos.

psdata: corregí algunas partes de capítulos anteriores.

-¡Hola!, ¡Bienvenidos!- Verónica le dió la mano al Sr. Evans, un abrazo a su amiga y dos besos a Melissa.

-Hola Verónica, ¿Qué tal todo?- Preguntó Hans, el padre de Melissa.

-Ahora les cuento todo, la cena está casi lista. Solo debo servirla.- La familia Evans ye estaba dentro de la casa, mirando algunos cuadros y adornos.

-¿Qué pasó con John?- Preguntó Melany que aparentemente no lo veía por ninguna parte.

Melissa estaba igual de ansiosa por verlo. Ayer por la tarde, cuando ambos hablaron por teléfono. Deaky le contó que tenía un plan para escaparse juntos un rato.

-Ah, está terminando de vestirse, bajará en un par de minutos.- Todos asintieron y caminaron hacía el comedor y cada uno escogió un asiento mientras la Señora Deacon iba por los platos de comida.

-Buenas Tardes a todos. Disculpen la demora.- Los tres se giraron a ver al dueño de la voz

La familia Evans se levantó a saludar al bajista.

-Hola John, a pasado algún tiempo desde que no nos vemos.- Ambos hombres estrecharon sus manos.

-Entre tantas giras, no he tenido tiempo ni de ver a mis padres.- Sonrió cómplice el castaño.

-¡Johnny!, ¡Definitívamente han pasado décadas!.- Melany se acercó a John y lo abrazó.

-Sí, ha pasado mucho tiempo.- Respondió el más alto.

-Adoro lo que le hiciste a tu cabello.-

-Oh, gracias.- La pareja Evans regresó a sus respectivos lugares y solo John y Melissa deberían saludarse.

-Buenas tardes, Señor Deacon.- John la miró de arriba a abajo inconsientemente. La señotita Evans estaba jodidamente ardiente. Con aquella blusa blanca escotada, y la falda negra.

-Hola Melissa.- John lentamente se acercó a ella y la besó frente a sus padres.

En la mejilla.

Y ambos, después de algunas miradas disimuladas, se sentaron en la mesa a comer lo que Verónica le había preparado a todos.

-Bueno, servido.-

Todos usaron sus respectivos cubiertos para cortar trozos de la carne asada que había preparado Verónica para todos.

-Vaya, que buena mano tiene la señora Deacon.- Bromeó Melany.

-Gracias, gracias. Me alegra que les gustara. John, cielo, ¿Qué tal la cena?.-

-Bien.- Respondió secamente el castaño.

Nadie dijo nada más, pero Verónica sabía que algo sucedía con su esposo. Ayer, ella a pesar de que estaba cansada, quiso tratar de hacer el amor con su marido.
Él se excusó de que estaba cansado y tenía que componer algunas cosas con su bajo.

En ese momento, la señora Tetzlaff no dijo nada más. Pero su instinto femenino le dice que algo falla en su matrimonio.

-¿Alguien me pasa la salsa?- Preguntó Melissa tímidamente.

John rápidamente reaccionó y alcanzó un tazón pequeño con vinagreta.

-Ten.- Deaky le extendió dicho recipiente y la joven se sonrojó ligeramente.

-Uh... Muchas gracias, señor Deacon.- Deacy le sonrió sin mostrar los dientes.

Verónica masticaba lentamente un pedazo de lechuga mientras analizaba la situación.

¿Acaso...?

No, ¡No!, ¡Verónica! ¿¡En que estás pensando!?

-¿Cómo van las clases de piano, Vero?- Preguntó de repente la señora Evans.

-Uh... bastante bien, Melissa es una gran chica y aprende con mucha facilidad.- Reconoció Verónica.

-Gracias, señora Deacon.-

-De que. La que aprenderá piano serás tú, querida.-

Melissa sonrió tímidamente.

-Bien, celebremos. ¿Quien quiere vino?- Preguntó John

-¿Quieres embriagarnos, John?- Bromeó el señor Evans.

-Cuando a las personas les va bien, o hacen cosas bien, debemos reconocerlo. ¿Quieren tomar un vino de etiqueta guinda?- Preguntó John sonriente.

-No hay de etiqueta guinda, cielo...-

-Podría ir a comprar uno, ¿Qué acompañas, Melissa?- La mencionada levantó la vista de su plato y miró a Deaky

-Uhhh... Pues, s-si , claro.- Dijo la joven sonrojada

-Bien, ya volvemos.- Mel y John se levantaron de sus asientos.

-Traten de no tardar, y trae hielo si puedes.- Agregó Verónica no muy convencida.

-Bien, volvemos en media hora.- Ambos salieron de la mansión.

-John, ¿Porque haces...?- El castaño la interrumpió con un beso.

-Al auto, hermosa.- La chica tardó en reaccionar, pero obedeció.

Una vez, los dos ya estaban en el auto. Melissa miró a John confundida.

-¿De verdad vamos a comprar el vino...?-

-Abre la guantera.- La interrumpió.

La chica obedeció y encontró dicho vino y una bolsita de papel.

-Saca la bolsa, la necesitaremos.- Ella lo miró aún más confundida, no dijo nada y solo sacó lo que él le había pedido.

-¿Qué hay aquí?- Preguntó Melissa mientras John arrancaba el auto.

-Miralo por ti misma.- Él le sonrió nervioso.

La joven abrió la bolsita y encontró condones.

-¡John!-

-¿Qué?, Roger me dió unos cuantos.-












Jelou :D

Disfruten osiosi

piz an lov

Sr. Deacon - John DeaconWhere stories live. Discover now