Día 27.

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Advertencia: No, este no es el final.

***

Día 27.

A pesar de la insistencia de sus padres, Clarke luchó para no retirarse del hospital, lo hizo con la misma insistencia de ese primer día de hospitalización en el que peleó para no ser llevara al hospital. Vaya ironía con la que el destino jugaba con ella. Raven tuvo que ser la voz de la razón al solicitarle de la manera más atenta y sutil que fuera a bañarse si no quería desencantar a la castaña y, a ese paso, estaba sumamente cerca de lograrlo.

"Vamos, hazlo por tu gente", pidió Raven dramatizando un poco.

Clarke puso los ojos en blanco por la broma pero, al ver que incluso Anya accedió para ir a casa convencida por Raven también, tuvo que dejarse vencer. La condición que estableció fue precisamente irse a bañar y regresar de inmediato al hospital, no importaba la hora que fuera, sencillamente tenía un presentimiento extraño que no podía explicar y se exacerbaba entre más distancia se interponía entre ella y Lexa.

Abby y Jake jamás tuvieron tanta organización en cuestión de su hija como esos días, lo cierto es que la habían dejado desarrollar su independencia desde que entró a la secundaria y nunca les preocupó demasiado que tomará malas decisiones, confiaban en su criterio y educación. Empero, ahora entendían que su hija no podía pasar por esto sola y, para ser honestos, incluso ellos estaban ya tan metidos en la situación que no podían mantenerse ajenos. Así que, dada la situación, acordaron turnarse para cuidar de Clarke en su espera por el bienestar de Lexa, Abby procuraría estar pendiente de ellas mientras trabajara y Jake el resto del tiempo para dejarla descansar.

Ciertamente el arreglo parecía funcional, cosa que no explicaba completamente la tensión en el ambiente de ambos cuando Clarke corrió hacia su recámara para hacer precisamente lo que dijo que haría.

"Creo que nunca será un buen momento para decirte...", empezó Abby.

"No, cariño, guarda ese te lo dije para cuando realmente sea necesario", contestó Jake acomodando las cosas que llevó al hospital más temprano. Era una visión tan lejana al Jake que nunca pasaba tiempo en casa por su trabajo. Una versión hogareña que sólo veían en sus vacaciones o cuando se tomaba días libres, como era el caso.

"Clarke es demasiado joven para estar así, debería estar pintando en su seminario, deberíamos pelear para que escoja una profesión mucho más rentable que esa, debería visitarme en el hospital porque quiere hacerlo, no porque siente que debe", repuso Abby.

"Y en su lugar pinta para la chica que le gusta, ha escogido algo que le apasiona y está siendo la joven que siempre quisiste que fuera, empática, cariñosa y humana", refunfuñó Jake. "Clarke la quiere, Abby y, pase lo que pase, te recordará como su cómplice al ayudarla a colarse en la terapia y no como la mujer que le preocupó de más su romance por los motivos incorrectos"

"Lo sé, lo sé..."

"Al final, seré yo quien te diga eso cuando se casen, apuesto lo que sea", se jactó él con una seguridad que deseaba sentir realmente.

"Yo pagaré sola la boda si sucede", aceptó Abby.

Jake la tomó entre sus brazos y le dio un beso en la frente. Amaba a su mujer y, días como esos, le recordaban el por qué.

***

Eran las cuatro de la mañana. Clarke llevaba sin dormir prácticamente desde el día en qué ayudo a Lexa a ver nevar, de cierta manera, no sentía ganas de descansar. Fatiga sí, bastante pero no lo suficiente para hacerla vencer. Por actitudes como esa terminó en el hospital la primera vez. Quizá se descuidaba un poco cuando algo la tenía ensimismada, aunque esta vez la diferencia era abismal, nada antes la hizo tan feliz como saberse capaz de robarle una sonrisa real a la chica de la habitación 1307. Todo era un paralelo en caminos opuestos justo ahora.

27 días.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant