Capítulo Final

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-¡¡KIDO!!

La sangre se derramaba sobre la tierra ante los ojos congelados de todos. La lanza había atravesado el hombro de  Kido y en su mente una voz sonó. «Se te agota el tiempo» decía. Miró el horizonte y el sol había comenzado a ocultarse.
«Akio, vámonos. Súbete a mi.»
-Pero, Yuuto tu....
«¡Solo hazlo!»
Fudo se subió sobre Kido y huyeron aprovechando el desconcierto. En la distancia escucharon como el rey ordenaba q los persiguieran, y sus hermanos y amigos correr para impedírselo.

Trataba de ir todo lo rápido que podía, pero el dolor de su hombro era infernal. Fudo también lo sentía. Cuando uno cabalgaba al otro eran como uno solo y podían sentir las mismas emociones, por eso Fudo era consciente del esfuerzo de Kido por avanzar. Pero no podía pedirle que se detuviera, el sol estaba cada vez más bajo y debían llegar como fuera.
Ascendiendo por la montaña, junto al río y la manada de coyotes que reconocieron a Kido aún con un aspecto diferente.
Los gritos aún se oían a lo lejos, cada vez más cerca. Le estaban a punto de alcanzar, pero como de la nada, salió la pitonisa.

-¡APARTATE! ¡ES UNA ORDEN!- gritó el rey.
-Eres anciano al igual que yo, pero no hay sabiduría. Dejad q el ciclo de la vida continue.
-¿¡Qué estás diciendo!?
- Para entender hay que observar.

Allí estaban, exhaustos ablación cima de la montaña. Kido se había desplomado en el suelo y Fudo estaba junto a él.
-Ya estamos aquí. Ya no falta nada.- susurró.
«Akio... Me siento tan feliz de haberte conocido... Te amo.» dijo con dificultad.
-Yo también Yuuto. Te amo con todo mi ser. De verdad que no quiero dejar te pero....
«No lo harás...»
-¿Qué...?
No pudo terminar de hablar. El cielo de cubrió de un manto estrellado con un fondo oscuro y hermosos. Un velo de brillantes luces ondeó en el cielo. Este velo, como aquella noche, los acogió a ambos entre sus cálidos brazos elevándolos en el aire.
Todo el mundo, observaba desde abajo cómo sus cuerpos se movían con sutileza...
Pero algo inesperado sucedió...
Kido vio como unos destellos se adherían al cuerpo pálido de Fudo y en ese momento supo q los dioses se lo estaban llevando; no podía permitirlo. Aun con forma de caballo, aprovechó sus dos patas delanteras para empujar lo suficientemente fuerte a Fudo como para q saliera despedido de la aurora boreal.
Calló al suelo rodando, pero en seguida se puso en pie.
-¿¡Qué demonios ha hecho?!- gritó.
-Salvarte la vida.- contestó la pitonisa.
-¡Yo no sé lo pedí! ¡Ahora será el quién muera!
-¡KIDO!- sus hermanos gritaron y todos volvieron a centrar su atención en Kido que permanecía suspendido en el aire.

Los destellos fueron a por el devolviendo su cuerpo a la normalidad. Se sentía cansado, el cuerpo pesaba demasiado, pero poco a poco dejó de sentir. Después de una intensa presión en cada parte de su cuerpo, se sintió ligero, su corazón latía de forma calma, mientras la voz de su madre sonaba en su cabeza.

" Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer
Dime luna de plata
Que pretendes hacer
Con un niño de piel, Ah, ah
Hijo de la luna

De padre canela nació un niño
Blanco como el lomo de un armiño
Con los ojos grises
En vez de aceituna
Niño albino de luna

Maldita su estampa
Este hijo es de un payo
Y yo no me lo callo

Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer
Dime luna de plata
Que pretendes hacer
Con un niño de piel, Ah, ah
Hijo de la luna

Gitano al creerse deshonrado
Se fue a su mujer cuchillo en mano
De quién es el hijo?
Me has engañado fijo
Y de muerte la hirió
Luego se hizo al monte
Con el niño en brazos
Y allí le abandonó

Dark Horse (Terminada)Where stories live. Discover now