MALDIGO AL DESTINO.

CONSTELACIÓN IGNORADA

-Hinata, yo... lo siento tanto-mencionó el en un dejo de voz, intentando sostener su mirada, mientras sentía la de ella combatir contra la suya, tomó su mano presurosamente tratando de frenar su partida recibiendo una sonrisa ladina por parte de esa muchacha que parecía tan distante y diferente a la mujer que había estado esperando, su mirar ya no reflejaba gentileza sino un profundo rencor, su tacto cálido era ahora frívolo pero su ser le seguía insistiendo que era ella... la Hinata de la que se había enamorado.

-¿Que harás?, ¿te quedaras pretendiendo que nada ocurrió?.- susurró la ojiperla acercando peligrosamente sus labios a los de él quien por inercia la soltó alejándose-  lo sabía, si no tienes el coraje para enfrentarlo todo, no vuelvas a acercarte-soltó ella mordazmente , el Uchiha la miró fijo, en su fuero interno la palabra "cobarde" era un eco resonante e inaudible . Blanco y negro se enfrentaban, luchando por no caer ante el otro, aun sabiendo que no había nada que proteger, que todo estaba perdido, que sus corazones se encontraban resguardados en algún lugar frío entre los tesoros inservibles del otro... recuerdos vagos se convertían en tormentas heladas en esta batalla donde no se necesitaban armas o palabras, una batalla por orgullo o tal vez por el pecado mas bajo de todos: el amor.

-No vale la pena continuar con esto, te esperé hasta agotarme, perdí mi fe en el camino, mis manos están teñidas de rojo ahora, la persona débil a la que buscabas ya no está aquí, palideció en cuanto te fuiste sin cumplir tu promesa, se desvanecía en cuanto mi padre  enfermaba en tu espera y hoy como mi padre ya no existe. Soy Hinata,es cierto- soltó la muchacha con una voz inquebrantable pero herida, ocultando sus ojos bajo su melena, mientras posaba sus manos en su pierna y con habilidad desenvainaba una daga-pero a mi no me dolería clavar esto en tu pecho, porque para mi tu solo eres un fantasma- susurro con ira para luego desaparecer en medio de la noche frente a el.

Sasuke se quedo perplejo por un momento tratando de asimilar lo ocurrido, notando su aparente vulnerabilidad a los encantos de esa chica y sus sentimientos de culpabilidad ante los Hyuga. Sintió el frió aire de la noche tararear una canción de cuna mientras los arboles se mecían al ritmo de esta, de la nada una sombra comenzó a moverse por su cuenta hasta llegar al azabache quien no parecía sorprendido de verla, esta le extendió un rollo escueto de papel para luego unirse al follaje.

Abrió la hoja sin darle mucha importancia  mientras leía la frase "Firma de  paz de las siete familias"  se recargó sobre la pared observando el nicho de su madre preguntándose lo que hubiese ocurrido si esta búsqueda de paz hubiese llegado antes, siguió leyendo minuciosamente la hoja en donde se mencionaba la necesidad de la firma de cada líder de familia para obtener la paz en lo que ahora quedaba de la aldea, siguió revisando y observó la firma de Hinata, cada detalle en su firma era elegante.

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Miró el techo sin entender sus pensamientos dando aun vueltas en la cama sin importar que el amanecer había llegado, no podía quitarse de la mente ese encuentro, esta mujer tan feroz que lo hacia estremecerse, esta mujer que lo volvía a enamorar, su rostro ardía de solo recordar la cercanía de sus labios... "cálmate, cálmate" volvió a desenrollar el tratado  leyendo algo que antes no había notado "para eliminar los problemas socio-políticos de la familia Namikaze y Hyuga quienes habían batallado durante los últimos 7 años los líderes de ambas familias accedían a una boda pactada en búsqueda de la unión y el prospero crecimiento de los clanes", esas lineas escritas en letras pequeñas y firmadas por Naruto Namikaze y Hinata Hyuga eran demasiado para el, sentía como si de repente un rayo le partiese en dos, ese papiro representaba el aviso de su condena, aquella que había tratado de ignorar y que ahora por el sueño de paz de su madre debía aceptar...verdad?