༒ 𝓟𝓻𝓸́𝓵𝓸𝓰𝓸 ༒

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-'『𝐿𝑎 𝐿𝑢𝑧 𝐷𝑒 𝐿𝑎𝑠 𝐿𝑙𝑎𝑚𝑎𝑠』'-




No sabía que decir. Nunca sabía que decir, sólo podía hacer lo de siempre: Observar y juzgar. Era un extra en una escena repetitiva, una escena la cual pasaba ente mis ojos día y noche, lo único diferente eran mis preguntas, ellas eran lo único que cambiaban día tras día.

¿Ellos también se preguntaran lo mismo?, es decir... Ellos también tendrán dudas?.

Algo suave rozó mi oreja y un largo mechón de mi cabello negro cayó sobre mi rostro. ¿Sus sonrisas son genuinas?, esa era mi pregunta ese día; mientras dibujaba lo primero que llegara a mi cabeza no podía evitar preguntarme: esas sonrisas, esas risas. ¿Son reales?.

Cómo puedes sonreír ante un paisaje completamente oscuro?, cuando sabes que tarde o temprano todos arderan, todos tenemos el mismo destino en este mundo apocalíptico: Todos volveremos a las llamas que nos dieron la vida.

El dios que nos trajo nos llevara nuevamente. En este mundo es normal aceptar la combustión humana, ver como tus familiares mueren, tus amigos, tus conocidos e incluso desconocidos, puedes sentir claramente un nudo en el estómago mientras el miedo te consume y te preguntas: ¿Me pasará?, ¿Dolerá?. Aveces me preguntó: ¿Mis padres sufrieron?, mi única imagen familiar es una foto, pero... Mi hermana es la definición de familia para mí, es todo lo que tengo.

—Ka-chan.

Llevar... ¿Que pasa si no quiero ir?, ¿Que pasa si no quiero dejarlos ir?. No quiero dejar ir a mis amigos, a mi hermana... Todos tomamos el descanso de las almas como una bendición, un descanso eterno. Una reunión.

¿Era pecado rechazar el deseo del Dios sol?.

—Mizumi Kaori!.

—Mo... Nee-Chan —Levanté la mirada encontrándome con unos ojos azules y la misma mata de cabello negro, solo que ella lo tenía más corto Karen. Mi hermana mayor y mi único familiar con vida— No tienes que gritar.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, físicamente nos parecíamos mucho, mismo tono de piel, mismo cabello, mismos ojos rasgados... Solo que los míos no eran azules, eran verde esmeralda. Otra diferencia es que como ella tenía veinticinco se veía mucho más madura que una niña de dieciséis o sea: yo.

—Si alguien me hiciera caso cuando le habló...

Me gustaría haberle hecho caso.
Me gustaría haberle hecho caso tantas veces que no tuviera que regañarme, pero si lo hacía no podía verla molesta, no podía verla arrugar su nariz y hacer una especie de puchero mientras se cruzaba de brazos e intentaba actuar como una hermana-madre responsable.

—Estaba dibujando —Respondí apretujando la libreta contra mi pecho, sus labios se curvaron en una calida sonrisa y una de sus manos revolvió mi cabello. Sabía que proseguía en ese momento.

—Me dejaras ver tus dibujos algún día?.

Tal vez debí dejarla ver uno... No, debí dejarla ver todos mis dibujos, me preguntó: ¿Hubieran sido de su agrado?, ella nunca me preguntaba que dibujaba solo me pedía verlos pero yo...

—Me niego —Respondí sonriendo.

Nunca lo hice y ahora es cuando me arrepiento.

Ella solo puso los ojos en blanco y el taqueteo de sus zapatos cuando se alejó me hizo seguirla con la mirada. Negué y simplemente me levante:— Nee-chan.

—Sí? —Gritó en respuesta, asumí qué estaba en su habitación.

—Ire a dejar esto en mi habitación, así nos ponemos a cocinar omelet de arroz para la cena!.

No lo hicimos.
Ni siquiera pidamos la cocina.
Los recuerdos de esa noche, siguen siendo un misterio.

Pero a la vez, puedo conocerlos, parte de ellos siguen en mi memoria, siguen repitiéndose como la cinta de una vieja pelicula: Lentamente, bajo la luz del reflector.

Calor, fuego, humo.
Dolor.

¿Quién fue el protagonista de esa película?. Quien fue el artista que creó tal escena?...

No sabía porque, no entendía el porqué no podía llorar. Quería hacerlo, quería que las lágrimas comenzarán a caer por mis ojos al verla arder, al ver un tupido manto anaranjado-rojizo consumir su cuerpo, consumir la llama de su vida.

No podía hablar.
Tampoco respirar.

Lo único que podía sentir era el calor de las llamas, era extraño... Era una sensación que no podría explicar, como un cálido abrazo cuyo calor se hacía más y más fuerte a cada momento, un calor que te engullia con una lentitud tortuosa... Un abrazo el cual no estaba dispuesto a dejarte ir.

En ese momento me di cuenta de que eso era la combustión humana: Un cálido abrazo, el cual mientras más ardía más insoportable se volvía, el abrazo que te engullia hasta la muerte, era como un Shinigami.

Mientras las llamas consumían el que alguna vez fue mi hogar y el humo nublaba el juicio, el cuerpo en llamas de quien fue mi hermana comenzó a acercarse.

¿Quería darme un último abrazo?.

Sus pasos lentos, el que había sido su cuerpo ahora hecho cenizas ardientes venía hacia mí, parecía la escena de una película... Como un zombie.

Algo duro chocó contra mi espalda mientras el sonido de unas sirenas se hacía más fuerte. Eran los bomberos.

Tal vez fue el único momento en que hable, en el que reaccione ante la realidad de lo que ocurría, de que todo a mi alrededor ardía y que yo arderia junto al catastrófico panorama si no hacia algo.

Yo quería vivir. No quería ir con mi hermana, no quería ir con mis padres.

—¡AYUDA!

El sonido de mi propia voz resonó contra mis oídos. El dolor en mi garganta ante tal desgarrador grito me dio una respuesta: Bien, estaba viva, aún seguía ahí, parte de mi continuaba en ese lugar de pie junto a un infernal.

Una mano en llamas tocó mi mejilla, primero fue un pequeño ardor, luego, simplemente sentía como si un fierro en fuego vivo me hubiese tocado.

Vi una llamarada brotar cuando moví mi mano, en ese momento tampoco me percate de que significaba, solo supe que fue suficiente para alejarlo y que mis piernas actuarán por cuenta propia alejándome del infernal.

Mi cabeza dio un vuelco y un estruendo llamó no solo mi atención si no también la del infernal.

Todo daba vueltas, todo era demasiado pesado. Quería ser como una pluma, ligera y suave para poder flotar y escapar del asfixiante ambiente.

Algo tiro de mi brazo y al momento en que el infernal se abalanzó sobre nosotros escuché el cristal romperse mientras salíamos disparados lejos de la casa.

Lejos de la que alguna vez fue mi casa.
De quién alguna vez fue mi hermana
Y de aquello que alguna vez pude conciderar normal.

Fue allí, siendo salvada por un desconocido y en medio del shock que una nueva pregunta vino a mi:

¿Y ahora que?.

 ༻𝐹𝑖𝑟𝑒 𝐹𝑙𝑎𝑚𝑒༺ |𝑆ℎ𝑖𝑛𝑟𝑎 𝐾𝑢𝑠𝑎𝑘𝑎𝑏𝑒 「𝙵𝚒𝚛𝚎 𝙵𝚘𝚛𝚌𝚎 •𝙾𝙲」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora