Cómo un día normal. Hoy tenía una misión. Porque sí, luego de haber aprobado la prueba que nos dió Raiko-sensei, ese mismo día fuimos a comer. Y fue un pequeño fracaso... Porque me encontré con el mismo equipo de la otra vez... El equipo de Asuma.
( Flashback. )
Diablos, todo esto estaba tan genial, pensé hasta que lo vi. Y me reí para mis adentros al verle la cara a Shikamaru, era cómo de nervios. Y apenas nos vimos desvió la mirada. Mientras intentaba cubrir su rostro.
Aunque ya era tarde, ya lo había visto.— ¡Hey, Nara! — saludé alegremente mientras me le acercaba.
— A ver, problemática. ¿No sabes lo qué es el espacio personal? — bramó a la par que me intentaba alejar.
— Uy, perdón. ¿Andas con la menstruación? — pregunté mientras le codeaba discretamente.
— ¿Qué? ¡Claro que no!
— ¿Seguro?
Me miró aburrido mientras suspiraba.
— ¿Necesitas algo? — preguntó estando harto de mi presencia al parecer.
— No, solo vine a saludar. Pero creo que no soy bienvenida. Buh. — hice un puchero.
— Ay, Leiko. Sé que quieres algo.
— No, te lo juro.
— Bien, regresa con tu equipo entonces.
— Uy, ya.
Indignada me fui con el resto el equipo. Mientras iba pensando en cosas sin sentido.
Hasta que tropece con mi propio pie. Iba directo al suelo, y por inercia cerré los ojos, esperando el golpe... Que nunca llegó.
— Leiko, eres un total fastidio. Ni caminar sabes. — dijo indiferente mientras se acomodaba un poco. Claro, con su posesión de sombra me había ayudado.
— Ay, que lindo eres, Shikamaru, gracias. — fascinada había quedado yo.
Por fin me coloco de pie y le dedico una sonrisa, pero volví a mi grupo. Le iba a agradecer no fastidiandole.
— Leiko, por aquí. — me llamó Daichi.
Fui directo a dónde ellos, y me recibió Ryoko, codeandome y con una mirada pervertida.
— Uh... Quita esa mirada, aterras. — hice una mueca.
— Oiga, sensei. — llamó la atención Daichi.
— ¿Uhm? —murmuró.
— He visto que muchos equipos son de dos hombres y una mujer.
— Ah, sí. Es que me dijeron a a ri con tu hermana no se les podía separar. Que hacían un buen trabajo en equipo. Y hay una que otra técnica especial de ustedes.
— Ah. ¿En serio? — preguntó ladeando la cabeza Ryoko.
— Sí.
( Fin FlashBack. )
— Bien, es una misión clase D. Recuerden que aunque sea menor, para alguien es mucho.
Los tres asentimos mientras paseabamos unos perros. Eran del tamaño normal. Y se nos hacía fácil. Yo no soy mucho de perros. Me gustan más los gatos. Pero cualquier animalito estaba bien.
— ¡Leiko! — me giré a mirarle y levanté una ceja. — ¿Tenemos que bañarlos?
— Uh... No lo sé. Pero me gustaría bañarlos. Están un poco sucios.
Al momento llegó Raiko-sensei con shampoo de perros, toallas y agua, mucha agua.
— Voy a responder a tú pregunta, Daichi. Sí, se bañan.
Empezamos, yo les protegía las orejas, para que no les entrara agua por ellas. He oído que es horrible para ellos. Le tiraron agua y luego el shampoo, hasta jugamos con ellos, y de una manera más fácil terminamos de bañarlos a todos.
El hecho de que yo sea torpe es de familia. Mi madre es muy propensa a sufrir accidentes, gracias al cielo que son menores.
Ya bañados y bien secados, los fuimos a entregar a sus dueños.
Al rato tuvimos otra misión, que era arrancar maleza. La acabamos en un momento.
Supuestamente habían acabado las misiones por el día de hoy. Así que nos despedimos y yo me fui a mi hogar, con la intención de bañarme y dormir un momento.
Pero vi a... ¡Sasuke!
Corrí hasta estar atrás de él. Y salté. Por poco y casi se cae.
— ¿Quién...? Leiko.
— ¡Sí! ¿Cómo supiste?
— Eres la única demente que se me tira de esa manera y tu cabello blanco quedó un poco en mi cara.
— Oh, perdón. — quité mi cabello mientras lo abrazaba un poco fuerte.
— Se nota que me extrañaste.
— No tenía con quien comer tomates.
— To-tomates...
— ¡Sí! ¿Quieres ir a mi casa a comer tomates? — pregunté riendo levemente a su adicción a los tomates.
— ¿Segura?
— Claro, eres mi amigo fiel. A parte.¿Con quién más voy a comer tomates zi no es contigo?
— Con nadie más. Te prohíbo que comas tomates con alguien que no sea yo.
— Bien. ¿Quieres los tomates enteros o en ensalada? — pregunté acomodándome mientras el me sujetaba bien de las piernas mientras íbamos en dirección a mi hogar.
— Enteros y con...
— ¡Sal! — Exclamamos los dos.
— ¡¡Pimienta!! — se escuchó el grito de alguien, cosa que nos hizo reír a los dos.
— Bien... O gritamos muy fuerte o es muy chismoso.
— O bien las dos. — murmuró.
— ¡Se libre, tiro al blanco! — reí.
— ¿Cómo me dijiste, rata albina?
Arruge mi cara, entrecerrando los ojos.
— ¿Cómo que rata albina?
— Ay, es con cariño. Y ya llegamos.
— Oh... — y en un segundo ya estábamos dentro. Y cómo pude me bajé de la espalda de Sasuke. — Vamos a mi cuarto. Necesito bañarme. Prometo no tardarme.
— Bien, bien. — se encogió de hombros y me siguió.
Busqué mi ropa y me metí a bañar. Fue una ducha rápida, pero buena. No suelo tardarme más de quince minutos. Ya estando lista, con ropa limpia. Salí del baño con una toalla en la cabeza.
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Step by Step. °• Hyūga Neji. •°
Fanfiction¿Neji es perfecto? Claro que sí, no hay que negarlo, ni dudarlo. El genio Hyūga es él. No hay otro Hyūga tan genial cómo lo es él. - Quizás Neji no sea tan... Él.