One-Shots Hananene

Kiss

Las palabras no eran necesarias para describir la incomodidad que envolvía a ambos, tanto al azabache como a la de cabellos crema, quienes estaban sentados en lo más alto de la academia.

—Las personas parecen hormiguas desde aquí… —la de ojos color magenta habló, mirando a todos los estudiantes que salían y entraban del instituto.

Hubo un silencio por un corto lapso de tiempo, incómodo, pues ni las respiraciones eran audibles.

—Si… —el otro contestó, mientras que su mirada se perdía, como si sólo su cuerpo estuviera presente y su mente en otro lugar.

Yashiro ya no sabía de qué hablar para bajar de su nube al de ojos ámbar, había estado intentando de todo en los últimos diez minutos… y nada, sus respuestas no pasaban de un "si"; él parecía ignorarla. El rostro de ella se entristeció, al igual que sus mofletes se inflaban, pues el chico fantasma seguía ido. Giró su rostro al lado contrario, a donde ya no podía verlo. Sin embargo, una mano, helada, fué colocada en su mejilla, volviendo a voltear su cara.

Y ahí estaba él, su cabeza se encontraba viendo el suelo, no permitiéndole ver su mirada ámbar.

—Yashiro, perdóname —finalmente dijo más de dos palabras, mismas que no fueron entendidas por la nombrada.

¿Se estaba disculpando por prácticamente no haberle hecho caso en todo ése tiempo?

Esa pregunta fué contestada al instante, cuando un beso fué depositado en sus labios, su primer beso. Su faz fué coloreada de mil colores, y por reflejo se levantó, cubriendo su boca.

—¡¿Y-Y eso?! —preguntó con nervios, desconcertada, su cara ardía como nunca.

El causante de su actual situación empezó a reír mientras ella deseaba que la tierra se la tragase.