Capitulo 11

10.6K 513 9
                                    


No sabía cuan cansada me sentía hasta que llegue a casa y me tire al sillón de la sala. Mi cuerpo se sentía tan pesado como si necesitara horas y horas de sueño. Emma interrumpe el espacio bailando una canción de madona que suena desde la cocina, tiene dos copas de vino blanco en las manos y cuando me mira, su sonrisa se agranda.

—Pero mira esa cara de recién follada, compañera—se me burla, se sienta a mi lado luego de golpear mis piernas con su cadera y me entrega una copa. La recibo gustosa. —Pues habla, mujer, estoy que me muero de la curiosidad.

—Folla como los dioses—le respondo. Ambas soltamos una carcajada y nos ponemos a hablar.

Alec está en su clase de futbol. Ama ese deporte más que a los animales y no dude en un minuto en anotarlo en el club mas cercano. Solo hasta que empiecen las clases y decida si jugar con la escuela o no.

Emma me escucha atenta, suelta risitas de vez en cuando pero cuando le digo que me seguiré viendo con Nikolai, se levanta del sillón de un salto, asustándome, y comienza a celebrar.

—Tampoco me pidió casamiento—la freno risueña.

—Puedo escuchar las campanas de una iglesia desde aquí, ¿tú no? —pone ambas manos a lado de sus orejas, molestando. La empujo enojada, y me encamino a mi habitación. Dustin esta durmiendo en su nueva camita blanca, hasta parece más cómoda que la mía.

Ruedo los ojos.



Me siento en mi computador, entrando a mi pasatiempo favorito. Era miembro de un club de lectura donde había personas de todo el mundo. Mayormente, hacíamos reseñas de libros, pero algunas veces publicábamos poemas. Yo estaba con chicas, eran muy dulces y muy apasionadas. Casi siempre hablamos por mensaje privado, pero tenía más acercamiento con Tessa. Ella era de Londres, su padre tenia mucho dinero, creo que tenia empresas muy importantes en su país. Era la persona más inteligente y tímida que alguna vez conocí. Su timidez se debía a una condición del autismo que tenía, y eso era el asperger. No sabía socializar mucho con la gente, por más que ella quisiera, y no captaba ciertos sarcasmos. Pero, aun así, era muy astuta y escribía unos poemas que muchas veces me hicieron llorar.

Una llamada por Skype y el inocente rostro rubio de Tessy aparece en pantalla. Lleva es anteojos de botella que la hacen ver mas niña de lo normal y un sweater negro con el logotipo de los NSYNC enfrente. Me regala una sonrisa gigante y no puedo dudar en devolvérsela.

—¡Hola! —grita en un marcado acento londinense.

—¿Cómo te va, preciosa? — le saco la lengua. Consideraba a Tessa como una hija, era muy inocente a pesar de tener 15 años. Me daban ganas de encerrarla en una burbuja de abrazos cada vez que la veía por la pantalla.

—Excelente, ¿Cómo te fue en el trabajo?

—Lo normal, un amigo de Japón me visito y me folle a mi jefe—le contesto.

Tessa se ahoga con lo que sea que estuviera tomando de su vaso de Bob esponja. Tose un poco antes de mirarme con los ojos muy abiertos.

—¿Al final caíste? — oh, claro, nosotras nos contábamos todo. Ella sabia de Alec, de mi familia, de William y por supuesto de Nikolai. A pesar de que nos conocíamos hace 2 años, sentía como si la conociera toda la vida.

—No pude evitarlo, Tessy. Ese hombre es un bombón—me cruzo de piernas—, un bombón amargo, pero un bombón en fin. Ella se ríe y yo la miro con una sonrisa. —Pero no quiero hablar de mi siempre, ¿Qué tal va todo con Aaron? —y ahí estaba esa mirada. Su cara se derritió de amor, sus ojos brillaban y sus mejillas toman un color rojizo.

Nunca nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora