Océano de dudas

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El bolígrafo se movía incesantemente entre sus dedos. Miraba una y otra vez el papel en blanco y el libro sobre la mesa. Mantenía el silencio, casi como si estuviera centrado en sus estudios, porque para eso había quedado con su mejor amigo, para estudiar. Sin embargo, éste no dejaba de hablar sobre voleibol, su nuevo equipo universitario y...

- Kuroo... - escuchó el nombre del que ahora era su capitán.

Tetsurou Kuroo. ¿Cuántas veces había practicado con él en el instituto? ¡Demasiadas! Y, sin embargo, nunca se fijó demasiado en el capitán del Nekoma. Siempre intentaba fijarse en subir el ánimo de Bokuto y ahora que se libraba de esa presión, ahora que era el nuevo colocador del equipo universitario donde estudiaba también Kuroo, todo había cambiado.

- ¿Kuroo? – Se sonrojó levemente al escuchar ese apellido - ¿Qué ocurre con él?

- Sí que te concentras en los estudios que no me escuchas – se quejó Bokuto – te preguntaba qué tal es jugar con él.

- Tú has jugado muchas veces con él también en las prácticas y...

- No hablo como rival ni como compañero de prácticas, sino cómo es jugar con él a nivel de compañeros.

Por un instante pensó en aquella opción. Kuroo tenía un año más que ellos y aunque había practicado durante los años de instituto con él y tenían una buena amistad, no esperó llegar a tener ciertos sentimientos hacia él, pero... ¡increíble! Jugar con él era simplemente increíble y relajante. Sin embargo, Akaashi agachó el rostro de nuevo hacia la hoja en blanco.

Su mejor amigo siempre hablaba de Kuroo, siempre quería practicar con él y desde luego, le lanzaba indirectas. Akaashi sabía lo que su mejor amigo sentía por su nuevo capitán y por eso mismo, intentaba alejar los sentimientos que crecían dentro de él.

- Es... un todoterreno – dijo sin más, moviendo finalmente el bolígrafo sobre la hoja.

- ¡Eso suena genial! – gritó Bokuto – Kuroo es increíble, ¿verdad?

- Lo es – susurró, afligido por la culpa de dejarse llevar por esos sentimientos – es muy equilibrado. Sabe rematar, se acopla a mis pases, bloquea como nadie, tiene instintos y una flexibilidad casi como si de un gato se tratase. Me siento aliviado cuando juego con él, es de esa clase de chicos que te dan confianza.

- ¡Increíble!

Durante todo el instituto, Akaashi sentía que él debía animar a todo el equipo. Cuando todo fallaba, cuando Bokuto se desanimaba, era precisamente él quien pensaba una estrategia para reanimar al equipo. Todo el peso caía sobre sus hombros y por primera vez, sentía que incluso si él fallaba un pase, Kuroo estaría allí. Desprendía esa aura de "estrella" del equipo, esa confianza desbordante que conseguía que todos sus compañeros se relajasen sabiendo que podían ganar si él estaba allí en el campo a su lado. Kuroo cubriría sus errores o arreglaría el punto fallido. ¡Increíble! Sí, esa era la palabra que sentía para él.

- Bokuto – susurró Akashi, captando la atención de su mejor amigo -. ¿Sigues interesado en... Kuroo? – se le rompió la voz unos segundos antes de pronunciar ese apellido.

- ¡Claro que sí! Ahora más que nunca. Ya verás, ahora que tú estás en su equipo, seguro tienes mucha información sobre él y por fin tendré mi oportunidad de acercarme y conquistarle.

- Hmm – asintió pese a notar que su corazón se rompía.

¿Cómo había llegado a esa situación? Nunca imaginó que acabaría jugando en el mismo equipo que Tetsurou Kuroo, tampoco esperó tener esa clase de sentimientos por él y menos, porque sabía de sobra que Kuroo era el único chico prohibido para él. Su mejor amigo siempre había querido a ese chico. Se sentía miserable, pero nada ocurriría si sólo mantenía el secreto y sufría en silencio. En algún momento, la universidad acabaría y Kuroo seguiría su camino, seguramente lejos de él. Sólo tenía que esperar y olvidarle.

Océano de dudas (Haikyuu: Kuroo-Akaashi)Where stories live. Discover now