Los padres siempre necesitan un poco de pasión

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-¡Jamie, Amor!. -Grité por toda la casa al no sentir ningún ruido. Gaby y Eli se fueron al colegio por lo tanto Jamie debe de estar aquí, pero no oigo absolutamente nada

Resoplé y me tumbé en la cama de nuestra habitación. Supuestamente hoy vendría Melanie a llevarse a las niñas a quedarse en su casa, así que yo y Jamie podemos tener un poco de privacidad en nuestras cosas. Claro esta que les extrañaré, pero enserio necesito a mi chico.

Cerré mis ojos unos momentos.

-¡Dakota Mayi Johnson!

Abrí mis ojos rápidamente ante ese grito. Enfoque mi mirada de donde provenía ese grito y esa voz. Ah, es Jamie. No soy consciente de donde tengo mis manos ni de donde estoy pero mi chico está aquí.

-¿Qué pasó?

Él levantó su perfecta ceja.

-¿Teniendo sueños eroticos otra vez, amor?

Fruncí mi ceño y llevé mi mirada hacia donde estaba mi mano derecha: En mi parte sexual. ¡No otra vez! Me ruboricé ante eso, y la quité rápidamente. Solo espero que no haya estado gimiendo en todo el sueño y que nadie me haya escuchado.

-Las niñas ya se han ido a casa de Melanie, créeme Dakota, se fueron un tanto traumadas y un tanto bromistas.

No... no puede ser, ¿verdad? Trague en seco, espero no me hayan oído.

-Perdón. Es que te estuve buscando y créeme que no aguanto sin tener a mi chico conmigo.

Jamie cerró la puerta de detrás de él y se quito la camisa blanca que llevaba, la tiro al suelo y me quitó las sábanas de un tirón, se acercó a mi a modo depredador por su paso lento.

Tragué en seco otra vez. En sí esto es lo que quiero, pero no que me haya encontrado literalmente masturbándome y gimiendo por un sueño erotico entre él y yo.

-Creo que debo complacer a mi chica por no estar cuando ella me necesita.

Sonreí un poco y me mordí el labio inferior.

Me saco mi camiseta (que es de él por cierto) y me dejo en lencería, este se paso la lengua por sus apetecibles labios mientras que yo apreté con más fuerza mi labio inferior.

-Hazme el amor. -Musité más en un gemido que en palabras concretas. Él sonrió satisfecho. Se abalanzó hacia mis labios mientras que le daba un beso apasionado y cargado de necesidad por parte de ambos.

Rodee su cuello con mis manos, las que pronto no se estuvieron quietas allí y se fueron hacia su cabello cobrizo, tire de él un poco, haciendo que Jamie gruñera entre mis labios. En un ágil movimiento me quito el sostén, tirándolo por un lugar de la habitación.

Sus labios bajaron por mi mandíbula, cuello, labios, mejillas y finalmente hacia mi clavícula haciendo que soltara un leve gemido. Sentí su sonrisa en mi cuello, el cual mordió con suavidad y creo yo, que dejó una marca.

-Marcando territorio. -Dijo Jamie en una sexy voz ronca y entrecortada.

Sus ágiles labios fueron bajando hasta dejarme acostada en la cama, se puso entre mis piernas y empezó a dejar besos por todo mi abdomen y estómago, subió otra vez para besarme, puse mis manos en su cabello haciendo fricción en sus besos.

Bajo hasta llegar a mi zona la cual seguía cubierta por la tela de mi lencería, solté un gruñido al sentir su respiración cerca de donde quiero que empiece a lamer y mordisquear.

Pasó su lengua por encima de la tela y luego poso sus dientes en el centro, donde está mi clitoris. Eso hizo que arqueara mi espalda e hiciera más fricción ahí, solté un gemido demasiado alto.

Retiró la tela por mis piernas y su cabeza se metió entre mis piernas, saboreándomelo y probándome como solo él sabe hacerlo. Lame, mordisquea y chupa el clitoris y el centro de todo mi ser. Mientras que mis manos siguen en su cabello, agachándolo un poco más.

-Veamos cuantos dedos aguantas.

Dijo separando su cabeza un poco. Antes de todo, metió su lengua en mi apertura haciendo que yo diera un respingo y soltara un par de gemidos y suspiros. Sacó su lengua y metió un dedo, dos, tres dedos hasta el fondo de mi ser. Eso sí que se siente delicioso joder.

Arqueo más mi espalda para ir al encuentro de su boca, mi pelvis se elevó un poco más al sentir su boca cerca de mi clitoris. Los dedos empezaron un vaivén dentro de mi. Sacando y metiéndolos, moviéndolos dentro en círculos. Mientras que sus labios chupaban mi botón de placer. Justo en ese momento mis piernas empezaron a tensarse, Dios mío que estoy cerca.

-Jamie...

Musité separando mis manos de su cabeza para agarrar las sábanas entre mis manos. Quiero terminar en su boca, quiero hacerlo joder.

Pero en ese preciso momento él se separó.

-¡Jamie! -Grite molesta. Estaba tan cerca...

Abrí mis ojos y vi su sonrisa de satisfacción. Odio cuando me hace esto.

-Tranquila nena, tenemos toda el día

Se bajó sus vaqueros junto con su bóxer dejando ver así su amigo, el cual extraño a veces. Sin esperar más saco un sobrecito de aluminio de los vaqueros. Sin apartar la mirada de mi, lo abrió con los dientes y se lo puso, pero antes de eso, me dio la vuelta en un movimiento ágil. Dejándome boca abajo en mi abdomen. Me levantó el trasero y puse sentir su maldita ereccion.

Ambos respiramos como si nos faltase mucho aire, y en cierto modo si, nos falta mucho aire por qué están entrecortadas y necesitamos más. De todo.

Su ereccion se adentró en mi apertura, agradezco que no fuera por mi ano, la última vez que lo hicimos por ahí me dejó irritada y me dolió por alrededor de 2 semanas. No gracias, ahora no quiero no poder sentarme sin quejarme o sin soltar un gruñido de dolor.

Empezó con un vaivén lento, me agarró del cabello y tiró de este para así yo levanté un poco más mi cabeza y ambos estábamos ahí gruñendo y respirando para ganar más aire. Dios, amo a este hombre.

Mis piernas se tensaron una vez más, dejando que el orgasmo de pronto me sacudiera el cuerpo completo. Luego Jamie se vino dentro de mi. Amo cuando hace eso. Es mío. Mío. Y solo mío.

Caímos exhaustos en la cama, mientras que él lentamente retiraba su amigo de mi entrada. Ambos soltamos un gruñido y me sentí vacía ahora que no estábamos unidos de esa forma tan deliciosa.

Me dio la vuelta y empezó a probar sus líquidos combinados con los míos, vaya, se cayeron sus líquidos del condon pero poco.

Gruñí otra vez y se me tensaron las piernas otra vez atrayendo un segundo orgasmo en mi. ¡Que delicioso joder!

Terminó con eso y se tumbo a mi lado. Me abrazo y yo puse mi cabeza en su pecho.

DAMIE SHOTSWhere stories live. Discover now