Mi mayor aventura

Nunca creí que estaría preparada para este momento. ¿Realmente lo estoy?

Noto mis pulsaciones, mi corazón...quiero llorar y al mismo tiempo gritar ¡al fin!

Mientras, un torrente de pánico recorre mis venas, ¡oh, oh! ¡Ay Dios que he hecho!

Sé que estás cerca, lo sé, en cierto modo algo ha cambiado y puedo percibirlo. Nuevamente pánico, se me cierra el estómago.

Tanto tiempo esperando este momento, tan ansiado, tan deseado...y ya ha llegado, ya ha ocurrido y estás aquí conmigo, muy muy cerca.

Aún no nos hemos visto las caras, pero ambos sabemos de nuestra presencia, de nuestra cercanía, aunque aún no somos conscientes de ello nuestra conexión y nuestra unión es la más fuerte de todas.

Yo te esperaba a ti, ¿pero tú me esperabas a mí? Supongo que no, simplemente has aparecido, la naturaleza y algo de ayuda te han traído a mí.

No pudo ser antes ni tampoco después, tenía que ser ahora para que pudieras ser tu.

Y llegado este punto te preguntarás (o quizás no), ¿cómo lo haremos?, ¿cómo funcionará?, ¿irá todo bien? ...me temo que mi única respuesta para todas es: ¡No tengo ni idea! ¡No lo sé!

Pánico, terror.

Ni siquiera estoy segura de sí estoy preparada. Mira que lo he meditado y pensado mucho, más de lo que imaginas, pero cuando llega la hora de la verdad, cuando uno sabe que ya has llegado... ¿Cómo no sentir miedo?

Por mucho que planifiques y medites tus actos, siempre hay incertidumbre, una gran parte que no controlas, que no depende de ti y que es imposible de prever. No está bajo tu control absoluto y eso asusta. Algún día te lo explicaré y estoy segura de que lo entenderás.

Observo fotos antiguas, en ellas no apareces, aunque en cierto modo podría decirse que una parte de ti estaba presente en todas ellas. Miro mi cara en dichas fotografías, intento recordar los detalles de esos momentos, cómo me sentía, cuán feliz era... en todas ellas sabía que en un futuro llegarías, aunque no sabía cuando ni quien serías, pero si tenía la certeza de que tarde o temprano ocurriría. Pero no me preocupaba mucho por ello, sólo vivía le presente.

¿Sabes? A pesar de todo creo que has llegado en su justo momento, quizás era lo que necesitaba, necesitaba desearlo mas, sufrir para lograrlo, madurar, fortalecerme y vivir ciertas experiencias previamente que de otro modo no habrían podido tener lugar.

De todos modos, ¿realmente alguien llega a estar 100% preparado para un cambio así? Lo dudo mucho.

Bajo la mirada, una vez más observo los datos que tengo entre mis manos. Siento felicidad, esperanza, ilusión y me pregunto cómo serás. Imagino nuestros futuros momentos de felicidad, menuda aventura por delante, ¡Mi Mayor Aventura!

Cojo la mano de tu padre, sí, él siempre está conmigo y lo estará contigo también. Leo nuevamente los datos, POSITIVO.