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De repente, el estruendo de un aleteo sobrevoló sus cabezas, decenas de pequeños pájaros asustados abandonaron la seguridad de los árboles y se alejaron emitiendo un sinfín de molestos graznidos. Lo mismo sucedía en todo el parque, y el cielo estrellado quedó oculto por una nube oscura y brillante que se movía con rapidez.

El cuerpo de Yoongi se tensó con un respingo y sus pupilas dilatadas se encogieron hasta transformarse en un pequeño punto oscuro . Podía oír a la perfección cómo se acercaban, a pesar de que sus pies casi no tocaban el suelo; caminando con el aire furtivo y sobrenatural de una criatura demoníaca. Se giró presa de la cólera y la hostilidad que latían en su pecho al rojo vivo. Sus ojos entornados sondearon la oscuridad. Poco a poco, una mujer y un hombre surgieron de la penumbra.

Yoongi agarró a T/N por el brazo y la apartó de los recién llegados, interponiéndose entre ellos. Notó cómo ella se pegaba a él de un modo instintivo.

-¿Qué ocurre? ¿Quién es? -preguntó, contemplando a la hermosa mujer que acababa de aparecer.

Tenía una larga melena rubia que brillaba como si estuviera hecha de hilos de plata. Su pálida piel era hermosa y el óvalo de su rostro enmarcaba unas facciones perfectas. No podía apartar los ojos de ella, algo le parecía familiar en aquella mujer. De golpe, la luz iluminó su mente: se parecía a Yoongi, pero no como se parece un hijo a su padre o un hermano a su hermana. Ellos se parecían como un asiático a otro asiático. Ellos pertenecían a la misma... ¿raza?

«Escúchame, Kate -dijo Yoongi, aunque ni una sola palabra brotó de sus labios. Esta vez usó su poder y proyectó el pensamiento en la mente de ella. Nunca antes lo había hecho, pero una certeza en su interior le dijo que funcionaría-. Tienes que confiar en mí. Veas lo que veas, oigas lo que oigas, no te separes de mí. Si lo haces, te matarán».

T/N no contestó, pero pegó su cuerpo al de Yoongi como si quisiera fundirse con él. Un pánico descontrolado empezó a apoderarse de ella.

Sg: Irene -susurró con una mirada mortífera.

Irene clavó su mirada dorada y desdeñosa en él. Lo observó de pies a cabeza y un extraño brillo apareció en sus ojos.

Ire: ¡Hola, Sugui! Tengo que reconocer que los años te sientan bien, estás mucho más guapo, si eso es posible -dijo de forma sensual. Un siseo le hizo volver la cabeza, Andrew la reprendía con la mirada. Ella lo ignoró-. ¿Cuánto tiempo ha pasado?

Sg: No el suficiente -respondió. Su rostro se había transformado en una máscara inescrutable.

Hubo un largo silencio mientras se miraban el uno al otro. Yoongi siempre se había preguntado cómo reaccionaría al volver a verla, cuáles serian sus sentimientos y si sería capaz de cumplir con su misión de matarla. Ahora todas esas preguntas tenían respuesta. No sentía nada, contemplaba aquel rostro que tantas veces había acariciado y besado, y no sentía nada; solo un odio profundo y el deseo frenético de atravesarle el pecho con una daga.

Ire: Me rompes el corazón -se lamentó con fingido pesar y frunció sus labios dibujando una hermosa mueca-, creí que te alegrarías de verme.

Sg: ¿Cómo has llegado hasta aquí? -preguntó entre dientes.

Ire: Bueno, primero en avión -su voz sonó burlona y despreocupada-, después un largo camino en coche y luego...

Yoongi soltó un bufido de advertencia, no estaba para chistes malos. Podía sentir la calidez del cuerpo de T/N en su costado y el ligero temblor que la sacudía. Apretó los puños, cada vez más nervioso, y con el firme propósito de sacarla de allí ilesa.

Una sonrisa maliciosa curvó los labios de Irene, la ira que emanaba de Yoongi la excitaba.

Ire: ¿Te refieres a cómo he pasado a través del cerco de tus perros? Creo que sobrestimas demasiado a esas bestias sin cerebro. -Posó sus ojos en T/N-. ¿No vas a presentarnos?

Yoongi se movió para ocultar un poco más a T/N tras su espalda.

Sg: Déjala en paz, esto es entre tú y yo... -Hizo una pausa y sus pupilas se contrajeron como las de una pantera-. Y él -añadió con odio, clavando sus ojos en Andrew. Al verlos juntos, la teoría de que Irene estuviera manejándolos hilos de todo lo acontecido comenzaba a cobrar solidez.

Andrew sonrió con suficiencia y arqueó las cejas despreocupado, tratando de no mostrar la inquietud que Yoongi le provocaba.

Ire: ¿Acaso no le has hablado de mí? -preguntócon un parpadeo inocente. Estiró un poco el cuello para ver el rostro de T/N y su expresión respondió a la pregunta. Dejó escapar una carcajada-. ¿Y de ti, le has hablado de ti? -su voz era como el siseo de una serpiente-. Resulta irónico cómo la historia vuelve a repetirse, solo que esta vez voy a disfrutar de cada minuto.

Los ojos de Irene se tiñeron de púrpura y unos colmillos afilados asomaron a través de sus labios entreabiertos.

-¡Sus ojos! -exclamó con un hilo de voz, y el recuerdo de la noche en que Yoongi la había llevado al hospital acudió a su mente. No era una alucinación provocada por la fiebre, aquella noche lo había mirado a través de un mar de sangre. Dio un paso atrás, con el corazón latiendo violentamente. Podía sentir el peligro que emanaba de los extraños visitantes, el poder sobrenatural que los rodeaba. Estaban allí para hacerles daño.

«No te separes de mí o no podré protegerte», Yoongi proyectó el pensamiento en su mente.

Ire: Mi nombre es Min Amelia, y soy la esposa de Yoongi-dijo deleitándose con cada palabra, consciente del shock que estaba sufriendo la humana-. Y esto... -Se golpeó uno de los colmillos con la uña de su dedo índice- es la muestra de su amor. Me regaló una vida inmortal, ¿no te parece romántico?

T/N movió los labios para decir algo, pero las palabras se atascaron en su garganta. La información llegaba a su cerebro sin que tuviera tiempo de procesarla, arrastrándola a una pesadilla demasiado real.

Ire: ¡Ahora que lo pienso, nunca te di las gracias! -exclamó desviando su atención a Yoongi -. En el fondo me encanta lo que soy. El poder, la eterna juventud, el libre albedrío, la sangre... ¡la humana, por supuesto! -puntualizó con énfasis-. Son tan adictivos.

-Sangre... -murmuro con el pánico haciendo estragos en su voz. Algo se agitó en su interior, cuando la comprensión se abrió paso en su cerebro.

Todo cobró sentido para ella. Miró a Yoongi y empezó a relacionar cada detalle. La piel pálida y fría, su actitud gélida y reservada, sus ojos rojos como la sangre y aquellas dos puntas afiladas que seguro escondía tras sus labios apretados; su fuerza, su velocidad, porque ningún hombre normal hubiera podido salvarla de caer al vacío en el mirador. Yoongi era un vampiro y, por más irreal que aquella idea le pareciera, sabía que era verdad.

-Todos sois vampiros -continuó con voz pastosa. Eso era lo que él trataba de decirle unos minutos antes, ese era el gran secreto que lo atormentaba y que iba a compartir con ella, alentado por la seguridad del amor incondicional que le había prometido.

«», pensó Yoongi, y su voz sonó culpable y desesperada en el cerebro de T/N.

Una carcajada de satisfacción brotó de la garganta de Irene.

Ire: ¡Pobrecita! En el fondo me das pena porque, aunque no lo creas, sé como te sientes. -Su sonrisa se transformó en una mueca de resentimiento, recordando el instante en el que descubrió la naturaleza de Yoongi -. Pero no te preocupes, ha llegado el momento de que él pague por sus actos. El problema es que no tengo muy claro cómo hacerlo. Dudo entre arrancarle la piel a tiras mientras lo obligo a mirar cómo te desangro, o mantenerlo vivo para que vea cómo te convierto en mi pequeña esclava vampira.

Sg: Ni lo intentes, o te aseguro que estaréis muertos antes de tocarla -rugió.

Ire: ¿A todos? -inquirió con burla. De repente tres vampiros surgieron de las sombras-. Ni siquiera tú eres tan fuerte.

Yoongi observó a los renegados que lo rodeaban, maldiciéndose a sí mismo por no haber estado más alerta. Ladeó la cabeza un poco y por el rabillo del ojo puedo ver a T/N.

«No dejaré que te hagan daño, te lo prometo».

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Estaré A Tu Lado ( Yoongi Y Tu )Where stories live. Discover now