Rimas de árbol

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Hablo entre cenizas y copas vacías durante el crepúsculo de verano, aunque siempre caigan hojas y llueva de costado. Entre la arena húmeda y el mar agitado, bajo las nubes de un corazón agrietado.
Valga el sudor de tu ojos, valga el sol puesto en tu enojo, valga el silencio de tus gritos, valga el haber sentido frío. Valgan mil latidos, aunque muchos sean nimio. Valga la semilla puesta en tu ombligo y de ella las palabras que escribo.
Nunca descansen tus sueños en mis penas, porque no lo valen. Sería como quien ahoga su cosecha con agua abundante, como quien usa un paraguas para extinguir el sol.
Déjate ser, baila en el monte frente a tu sombra, que sea testigo de tu felicidad.  Salta ahora que tienes piernas, corre ahora que aprendiste a caminar. Y si por casualidad desarrollaste alas, vuela tan lejos como puedas, lejos de mí. Porque Dios sabe cuánto desearía ser tu sombra, que oscura y apagada se siente dichosa, y sin quejas sonríe, imitando tus pasos, huellas de quien nadie ha amado.

MeWhere stories live. Discover now