Un Adiós y un Hola

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Cuántas cosas veía a su alrededor. No había palabras para lo que encontraba, pues el pasto era más verde que cualquier otro que hubiera visto. El agua era clara, tanto que de verla daba ganas de beber de ella, creyendo que limpiaría tu cuerpo y alma. ¿Qué hacía ahí?, se preguntaba. Entre más miraba, más cosas aparecían. Animales volaban sobre las copas de los árboles, revoloteando y cantando. Era todo mágico. Pero, ¿Qué hacía ahí?

Entonces observó su ropa. Un chaleco rojo sobre una camisa verde obscura, la cual estaba abierta hasta el pecho del hombre. Sus pantalones eran cafés, aunque nada especial. El dobladillo dejaba ver sus tobillos. En sus pies había un par de zapatos desgastados y la suela estaba llena de lodo. ¿En dónde había estado?

Las preguntas eran más frecuentes así como el viento que soplaba e indicaba que la tarde se avecinaba. Así que se puso de pie, respirando hondo, olfateando los matices del ambiente. Fue que reconoció un aroma, aunque no sabía de qué trataba. Al ser lo único que se le hacía familiar ante todo lo que presenciaba, decidió ir a averiguar el origen de ello. Caminó sin parar, y no había nada que se lo impidiera. Pronto llegó a un espejo. ¿El espejo tenía aroma?, se preguntó. Frente a él estaba su reflejo, pero nada más. Miró por atrás del espejo, notando que este no era sostenido por nada ni nadie. "¡Tócalo!", escuchó. No sabía si hacerle caso a la voz, la cual no sonaba maligna, ni nada parecido, pero no sabía de quién provenía. Curioso, acercó su mano y tocó el espejo. Para su sorpresa, su mano traspasó el objeto. Espantado, sacó su mano y dio un par de pasos atrás. "¡Vamos!", volvió la voz. Antes de hacer algo más, miró hacia atrás, viendo un par de árboles. Sin más que hacer, caminó y poco a poco fue introduciéndose en el espejo que lo llevó a un lugar obscuro donde nada se podía ver. Entonces, una esfera blanca alumbró un poco, levitando a la altura del sujeto.

-¿Qué está pasando? Yo dormía a gusto, hasta que desperté y no recordé nada. Ni porqué estaba ahí o quién soy.- preguntó el hombre confundido.

-Has pasado por mucho, eso te lo puedo decir. Pero no has terminado.- respondió la esfera, enigmática desde el primer momento en el que apareció.

-No lo entiendo.- dijo el hombre.

-Tócame.- comentó agresivamente. -Has ganado el derecho de saberlo, antes de volver a empezar.-

Sin entender lo que decía la esfera, estiró su mano tocándola. De pronto, su cabeza se llenó de recuerdos, e imágenes que anteriormente no estaban en su memoria. En mucho de lo que veía, estaba él, viendo sus acciones, pecados, alegrías, tristezas; todo. De su rostro brotaron lágrimas que deslizaron por su cara.

-Ja, ja... no hice las cosas tan mal, ¿no es así?- comentó con sencillez y alegría.

-Lo hiciste bien, hijo.-

El hombre se limpió las lágrimas. De repente, frente a él, una puerta grande como un árbol se abrió. Era blanca y su luz cegaba al verla.

-Es hora de que vayas, una vez más.-

Entendiendo a lo que se refería, caminó hasta quedar a un paso de cruzar esa puerta. Entonces se detuvo y miró a la esfera.

-¿Quién eres?-

La esfera poco a poco se hacía más pequeña.

-Solo confía.- respondió, sin querer decir más, dejando la respuesta a la imaginación.

-Y si esta vez lo estropeo. ¿Cuántas veces más tendré que hacerlo?-

-Las que sean necesarias.- respondió. -Eso no está en tus manos. Pero tampoco pienses mucho en eso. Mejor disfruta el viaje. Esta lleno de baches, paisajes hermosos, climas helados y calientes, magia y de muchos acompañantes. No desperdicies eso. Es un regalo.-

El corazón del hombre se aceleró, tanto que quería salir de su pecho y escapar al ver la puerta. Por último, antes de desaparecer, la esfera dijo.

-Es de valientes cruzar esa puerta.-

Al tratar de verla una vez más, ésta ya había desaparecido. Así que se armó de valor y dio un paso al frente, atravesando esa puerta que lo sacó a un cuarto blanco. De la nada comenzó a llorar, y por último escuchó un par de voces, diciendo.

-¡Felicidades! Se encuentra en buenas condiciones.-

-Bienvenido... - esa voz era melodiosa y calmante. Qué alivio era escucharla. Y por extraño que parezca, la pudo reconocer claramente, ahora diciendo -Tu nombre será... -

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⏰ Letzte Aktualisierung: Dec 26, 2023 ⏰

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