༄ Å𝐭𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐭𝐞𝐥

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Rapunzel seguía observando a su hermana mayor y a la chica de cabello cual cobre, intentando comprender que estaba sucediendo y el cómo Elsa obtuvo piernas, sabía de una bruja que podría haberle hecho eso, pero estaba muerta. También la hermana de la misma, más bien, se congeló por lo que había oído. ¡Pero no iba al caso! Su hermana mayor tenía dos malditas piernas en lugar de su aleta, vestía como los humanos y la pecosa a su lado no parecía de fiar, sobre todo por como vestía y la espada que tenía encima.

A pesar de todo, ver a su hermana mayor ilesa y feliz, logró calmarla un poco. Rapunzel sumergió un poco más su cabeza, casi hasta el punto en que sus ojos eran lo único que podía verse. Elsa sonrió, acercándose más a la orilla, se quitó las molestas botas y las dejó a un lado, lejos del agua. Sus pies volvieron a sentir la fresca arena, avanzando hasta que el agua se cruzó y chocó con sus tobillos. Una suave y tranquila sonrisa se mostró en los labios de la albina, dejando más que indefensa a la joven y torpe pirata. Anna soltó un suspiro mientras imitaba la acción de la sirena y se quitaba sus botas, dejándolas a un lado. Se acercó lo suficiente, no llegando a que el agua la tocará, le temía de una manera casi imposible. El océano la había traumado, había dejado una profunda herida en ella.

Elsa volteó, encontrando a Anna observándola con los sentimientos más puros, sinceros y verdaderos. Ver sus ojos turquesa con un brillo la hizo sonreír, colocando un mechón de su albino cabello detrás de su oreja mientras sentía el calor cubriendo todo su rostro.

La luna se cernía sobre las tres, la luz reflejándose en el océano mientras Rapunzel intentaba, a fuerzas, no dormirse allí. Quería quedarse cerca de Elsa, no quería dejarla sola con esa chica, pero su cuerpo pedía a gritos dormir. Mientras la pequeña sirena se rendía y regresaba al castillo, la princesa y la pirata se dispusieron a sentarse apreciando el cielo nocturno. Las estrellas bañaron el lugar, constelaciones que ninguna logró descifrar se hicieron presentes gracias a la inexistencia de nubes. Elsa decidió recargar su cabeza sobre el hombro de Anna, tomándola de sorpresa en un inicio, pero acabando por apoyarla la propia sobre la ajena. Ambas sonriendo ante la presencia de la otra.

– Anna... ¿Puedo preguntarte algo? – preguntó en un susurró la sirena, buscando tomar la mano de Anna entre la propia, lo cual, al hacerlo, entrelazó sus dedos. – Y puedes no responderme, realmente no quiero incomodar.

– Sabes que puedes preguntarme todo lo que...

– ¿Por qué le tienes miedo al océano? – interrumpió Elsa con el ceño ligeramente fruncido y su mirada fija en la masa de agua frente suyo, sintiendo el apretón de la pirata. – Oh por Nøkken, no te gusta hablar de eso, ¿Verdad? Sabía que te incomodarías si preguntaba, pero quería entender y lograr encontrar una forma de ayudarte.

Anna sonrió de lado, acomodándose mejor para poder responder. Claro que no se sentía tan cómoda de hablar sobre ello, menos contárselo a una sirena. ¿Quién le aseguraba que Elsa no terminaría odiándola al saber que sus padres eran piratas? Más bien, ¿Qué haría si supiera que descendía de Ragnar, que su apellido era Ragnarsson? Tragó pesado, desviando su mirada turquesa hacia el océano, casi enfocándose en la unión de este con el firmamento. Sus dudas crecían y el miedo también, aquel sentimiento de terror que comenzaba a meterse en ella, causándole un pánico de solo pensar la reacción de Elsa al descubrir la verdad. Pero debía intentarlo, quizás ahorrándose ciertas partes.

– Siendo sincera, nunca me lo habían preguntado. – comenzó, su voz saliendo en casi un susurro del cual Elsa cayó de inmediato. – Quiero decir, desde que tengo memoria he tenido este miedo, casi un trauma... Mis padres murieron en el mar, durante una terrible tormenta que los había atrapado mientras viajábamos... no recuerdo hacia donde nos dirigíamos, pero es irrelevante, siempre lo hacíamos... el punto está en que los vi morir y desde entonces no volví a tocar un barco o el agua misma... cl-claro que me baño con agua, sería asqueroso no hacerlo, pero entiendes.

Hᴀᴠғʀᴜᴇ | ElsannaWhere stories live. Discover now